Dos oraciones a la virgen. París. 1931.

En 4° mayor (27,8 x 18,7 cm), 6 h., incluye Portada y una lámina con la ilustración de R. Alberti. Encuadernación en rama de editor. Ejemplar núm. 166 -de la tirada de trescientos impresos sobre papel Ronsard, en la prensa particular de Rodríguez-Pintos, en París-, en buen estado, dedicado por el autor a Juan E. Pivel Devoto. Lleva la firma hológrafa del autor y editor, e impresa de Rafael Alberti. Ex biblioteca de J. E. Pivel Devoto.

Miembro de la Academia Nacional de Letras de Uruguay, Carlos Rodríguez-Pintos (1895 - 1985), fue un poeta de características especiales, exquisito y de alto rigor estético, con una residencia de diez años en París, donde publicó sus obras en su propia imprenta y con colaboraciones de renombrados autores; aquí con Rafael Alberti, quien se instaló en Francia y disfrutó el verano de 1931 en la isla de Port-Cross en compañía de Jules Supervielle [1], probable vínculo con nuestro autor, por entonces habitante de la ciudad luz, la capital cultural de Occidente. Graciela Loedel Mántaras y el académico Jorge Arbeleche en su Panorama de la Literatura Uruguaya (Academia Nacional de Letras, 1995), afirman que es uno de los poetas uruguayos menos leídos, “lo que es una injusticia para con su poesía y un daño para nuestra cultura”.

En esas horas parisinas maduró su carrera, al punto que el crítico chileno Julio Moncada supo escribir sobre él: “Así como el Uruguay dio a Francia tres poetas [en alusión a Lautréamont, Laforgue y Supervielle], esta dio a Uruguay, por lo menos uno. Este es Carlos Rodríguez Pintos, educado en la Sorbonne, hombre de formación humanística excepcional,discípulo ferviente de Valéry, [...]”. [2]

La imprenta, una pequeña minerva, había llegado a París en 1930 de la mano de Manuel Altolaguirre, quien había fundado una imprenta en su Málaga natal apenas cinco años antes. “Muchos poetas buscaban por entonces la independencia económica de la industria editora y el completo control -sin mediación de terceros- sobre el producto final, al par que la creación personal y artesanal de pequeñas joyas de colección, de tirada limitada y generalmente firmadas por sus autores, con un gran esmero compositivo y concebidas como unidad entre soporte, texto, tipografía e ilustración [...]”. [3] 

(Ver lote siguiente)

Notas: 

1. AAVV, Entre el clavel y la espada. Rafael Alberti en su siglo. Madrid, Minist. de Educación, Cultura y Deportes - Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2003, pp. 543 y 545.

2. Julio Moncada, Notas para un estudio sobre la poesía uruguaya, en Revista Iberoamericana, México, vol. XX, n° 40, septiembre de 1955, p. 282.

3. Alicia Cagnasco, La obra poética de Carlos Rodríguez Pintos: de la renovación postmodernista nacional a la experiencia de la vanguardia artística europea. Universidad de la República, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 2020.