Historia de la Fotografía en el Municipio de San Fernando

Siete trabajadores. 1872. Forma parte del álbum de los fotógrafos R. Benitez y L. Pagés. Biblioteca Nacional de Buenos Aires. Fotografía: Gentileza Fototeca “Benito Panunzi'', BN, Argentina.



Christiano Junior: Dique seco de San Fernando. 1877. Negativo al colodión, 237 mm x 297 mm. Reproducida en Christiano Junior. Un país en transición. Fotografías de Buenos Aires, Cuyo y el Noroeste. 1867 - 1883. Fundación Antorchas, Buenos Aires, 2002, p. 68.



César Annoni en el Segundo Censo Nacional. Año 1895. Número 11 de la Planilla. Fotografía: Gentileza Archivo General de la Nación.



Harry Grant Olds: Tomando mate, San Fernando. Circa 1900. Fotografía reproducida en “H. G. Olds Fotografías 1900 / 1943”. Buenos Aires, Fundación Antorchas, 1998, p. 88.



ABEL ALEXANDER

Historiador fotográfico argentino (n. 1943), investigador, restaurador, coleccionista y conservador de fondos fotográficos. Premio Gratia Artis (2021) otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina.


Es coautor de numerosos libros, ensayos, catálogos y artículos sobre la fotografía histórica argentina. En 2021 presentó su primer título de autoría exclusiva: Estos papeles son más fuertes que los ladrillos (Editorial ArtexArte. Colección Pretéritos Imperfectos. Buenos Aires). Desde hace décadas se desempeña como periodista especializado en fotografía antigua del diario Clarín de Buenos Aires.


Descendiente en 5ª generación del daguerrotipista y fotógrafo alemán Adolfo Alexander (1822-1881).


Curador de numerosas exposiciones sobre daguerrotipos y de antiguas fotografías a nivel nacional. Ha dirigido diversos Museos Fotográficos y Fototecas Históricas. En el año 1985 fue miembro fundador del Centro de Investigaciones sobre Fotografía Antigua en la Argentina "Dr. Julio F. Riobó".


Hacia 1992 inició junto a Miguel Ángel Cuarterolo y Juan Gómez los reconocidos Congresos de Historia de la Fotografía de trascendencia nacional e internacional a través de 12 encuentros.


Actualmente preside la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía (SIHF).


Durante 15 años organizó junto a Juan Travnik las exposiciones sobre fotografía histórica nacional en la FotoGalería del Teatro San Martín, de la Ciudad de Buenos Aires.


Desde el año 2006 y hasta 2018 se desempeñó como Asesor histórico-fotográfico de la Fototeca "Benito Panunzi" de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno", de Buenos Aires.


Ha editado diversas colecciones fotográficas como "La Fotografía en la Historia Argentina", "Escenas de la Vida Cotidiana”, "Un Siglo de Fotografía Argentina" y otros títulos sobre ésta temática histórica.


En septiembre de 2017 participó como co-autor y expositor invitado de la muestra "La Fotografía en Argentina (1850-2010). Continuidad y Contradicción" organizada por el J. Paul Getty Museum de Malibu, California.


En el año 2021 fue designado Académico Correspondiente en la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina.


Por Abel Alexander *

Olvidados pioneros de la cámara. Siglos XIX y XX (Primera entrega)


A modo de introducción 


El revolucionario invento de la Fotografía surgió simultáneamente en Francia e Inglaterra hacia fines de la década de 1830, gracias los esfuerzos de una larga cadena de investigadores científicos que culminaron con los acertados experimentos de Joseph Nicéphore Niépce, Louis-Jacques-Mandé Daguerre y Williams Henry Fox Talbot. Los sorprendentes resultados de aquellas imágenes del siglo XIX cambiaron para siempre la percepción del mundo.


La novedad arribó finalmente a nuestro país hacia mediados del año 1843 de la mano de los primeros daguerrotipistas estadounidenses y europeos y, aquellas mágicas pequeñas imágenes con sus reflejos plateados, causaron verdadero pasmo en nuestra conservadora sociedad decimonónica.


Desde esa lejana fecha, la fotografía -a través de todas sus variantes y facetas- se establece prioritariamente en la ciudad de Buenos Aires, situación hegemónica que se mantiene hasta el presente. Hemos dedicado un extenso capítulo a las inéditas historias sobre la fotografía en varios de los municipios de la provincia de Buenos Aires en nuestro reciente libro "Estos débiles papeles son más fuertes que los ladrillos", editado por la Fundación Arte x Arte, Colección Pretérito Imperfecto (2021) bajo la dirección editorial de Francisco Medail. Aquel texto se amplía con este artículo.


A diferencia de las grandes capitales y otras ciudades principales, los fotógrafos actuantes en los pequeños pueblos del interior contaron desde siempre con la ventaja que ellos también eran vecinos de sus vecinos y, obviamente, muy conocidos y apreciados por sus respectivas comunidades. En consecuencia y en el marco de una cerrada jerarquía social fueron figuras destacadas a la par de las máximas autoridades locales, tanto civiles como militares o eclesiásticas y, por supuesto, se integraron al prestigioso círculo de los profesionales como médicos, abogados. ingenieros, agrimensores, etc.


Es que, por aquellos años, estos especiales inmigrantes provenientes de varios países de Europa -Inglaterra, Italia, Alemania, Francia, Suiza, Polonia o Rusia- y Estados Unidos manejaban de hecho una tecnología de punta a través de sus misteriosas cámaras oscuras. Destacamos que muchos de ellos fueron a su vez activos precursores culturales locales en géneros tan diversos como el teatro vocacional, la poesía, las agrupaciones corales o en el amplio universo de las expresiones pictóricas. También descollaron como directivos de las colectividades extranjeras, en su permanente apoyo a importantes obras comunitarias.   


En el presente trabajo de investigación, queremos agradecer muy especialmente la generosa ayuda y colaboración de la historiadora y genealogista Rosario García de Ferraggi, cuyos oportunos aportes fueron de gran ayuda para elaborar finalmente este rescate documental sobre la historia fotográfica de San Fernando. 


01. Los fotógrafos Benítez y Pagés 


En solo un diminuto álbum artesanal -en el acervo de la Biblioteca Nacional (BN) desde el año 2009- se guarda el mayor testimonio sobre nuestra más completa iconografía social realizada hacia el último tercio del siglo XIX; se trata del único documento conocido a la fecha sobre el trabajo itinerante de los socios Benítez y Pagés, aquel par de fotógrafos pioneros que recorrieron diversas localidades del litoral argentino y del Uruguay.


El álbum de Benítez y Pagés -circa 1872- en su caja estuche de guarda. Fotografía: Gentileza Fototeca “Benito Panunzi”, Biblioteca Nacional de Buenos Aires.



Históricamente el desembarco de la fotografía en nuestro país se remonta al año 1843 y, se inicia, con la instalación en la ciudad de Buenos Aires de los primeros profesionales dedicados a la flamante tecnología del Daguerrotipo. Aquel costoso proceso duró algo más de dos décadas en el gusto del público y fue reemplazado finalmente por la novedosa y económica Fotografía.


Durante los primeros años la mayoría de los profesionales inmigrantes instalaron sus misteriosos ateliers -volcados especialmente a la retratística social- en el centro mismo de ciudades capitales y pueblos importantes del interior pero, existió una raza especial de intrépidos que optaron por una metodología más difícil de trabajo: los llamados fotógrafos itinerantes que se largaron por los precarios caminos del país, llevando a cuesta sus voluminosos aparatos y químicos para las necesarias operaciones de toma y revelado.


Aunque se conocen algunos ejemplos de tempranos itinerantes durante la etapa del daguerrotipo -como el legendario americano Charles DeForest Fredricks, o el argentino de origen yankee Walter Bradley- aquella saga se inició en realidad a partir de la década de 1860. Fue durante la etapa heroica de la fotografía a través de los negativos de vidrio emulsionados al colodión húmedo - o sea instantes antes de la toma - y luego sus delicadas copias fotográficas por contacto en delgados papeles a la albúmina. El "modus operandi" de estos aventureros consistía en abrir en forma provisoria -en un hotel, pensión o casa de familia- un improvisado estudio fotográfico en pequeñas localidades de provincia, realizar una intensa campaña publicitaria en periódicos locales -siempre ayudados por el clásico boca a boca de los vecinos- y, agotada la novedad y los candidatos a retratar, emigrar al siguiente pueblo en busca de nuevas oportunidades.


Hacia la fecha que nos ocupa, los costosos Daguerrotipos, Ambrotipos y Ferrotipos habían perdido el favor del público, ahora volcado a la novedad de la flamante y económica Fotografía por el sistema negativo-positivo y, dentro de este proceso técnico, reinaba en forma indiscutible el pequeño formato francés de la "Carte-de-visite" - con 12 retratos en distintas poses por cada cliente - y su contrapartida el modelo inglés conocido como "Portrait cabinet", con mayor superficie de imagen.


En la historia de la fotografía argentina es interesante señalar que, aquellos hombres abocados a la creación de miles y cientos de miles de imágenes, en ningún caso dejaron testimonios escritos sobre sus experiencias de vida y trabajo y, mucho menos, los fotógrafos trashumantes; por lo cual nuestra historiografía fotográfica prácticamente desconoce los antecedentes biográficos de estos personajes.


Así estaban las cosas hasta el mes de mayo del año 2009, cuando en la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno" se recibió una donación generada tiempo antes desde Europa y gestionada a través de una cadena solidaria entre Francia y la Argentina. De ese modo la Fototeca "Benito Panunzi" incorporó una de las obras fotográficas más raras y valiosas que nos tocó expertizar en nuestros 12 años de actuación en aquella institución. Nos referimos al álbum de trabajo formado por los fotógrafos R. Benitez y León Pagés durante sus itinerancias por las localidades de San Fernando (Buenos Aires), Diamante y La Paz (Entre Ríos), Esquina y Goya (Corrientes), Santa Fe (Santa Fe), Porongos, Mercedes y Nueva Palmira (República Oriental del Uruguay) entre los años 1871 a 1876.


Aquel pequeño álbum artesanal de tapa dura y cierre metálico - mide tan solo 10,5 x 15,5 cm - había pertenecido a la francesa Marcelle Ravit de Caillé (1905-1987) y luego fue heredado por su hija Violette Ravit, quien casó con Henri Degournay. Fue aquel anciano ya con 90 años -afincado en L' Isle-Adam (Departamento Valle del Oise, Francia)- quien tomó la firme determinación de donar esta colección de imágenes a una institución pública de la Argentina. El trámite de repatriación estuvo a cargo de la argentina radicada en Francia Margarita Margini (asesorada por el museólogo francés Fréderic Chappey) quien, al tanto ahora de su alto valor histórico, consultó las posibilidades de donación con el fotógrafo Julio Pantoja de Tucumán y con la historiadora Felicitas Luna de Buenos Aires.


Finalmente, aquel 8 de mayo de 2009 la señora Margini extrajo de su cartera el diminuto álbum de solo 91 páginas y tapas rígidas, desplegando frente a nuestros azorados ojos un total de 615 retratos en apretada secuencia sobre aquella sociedad decimonónica del Litoral. Consideramos a esta obra un hallazgo iconográfico de extraordinaria importancia pues, hasta el presente, se trata del único archivo de trabajo realizado por fotógrafos itinerantes en el país. Solo existe una obra de similar característica realizada por el fotógrafo portugués Christiano Junior (1832-1902), pero sobre los retratos de los clientes porteños realizados en su atelier de calle Florida entre los años 1868 a 1878 y que se conserva en el Archivo General de la Nación (AGN).


A este tesoro se suma como caso inédito el hecho de que Benítez y Pagés incluyeron en dicho álbum varios autorretratos, algunos de marcado carácter humorístico, amén de los ya clásicos registros sobre tipos populares, retratos colectivos, imágenes post mortem y hasta testimonios policiales sobre reos condenados a muerte con sus esposas y grilletes. En definitiva, una valiosa iconografía de carácter social sobre el último tercio del siglo XIX y que, actualmente, se encuentra disponible para su consulta por investigadores y público en general en la mencionada Fototeca "Benito Panunzi" de la Biblioteca Nacional en Buenos Aires.  


Debemos señalar que, de las 615 fotografías del citado álbum, sola una -curiosamente la última- corresponde a la localidad de San Fernando (Buenos Aires); esta copia cuenta con el título "República Argentina - San Fernando - 1872", escrito en una artística caligrafía con tinta ferrogálica negra. El tamaño del papel albuminado de aquel registro es de 6 x 8 centímetros. Actualmente el álbum se encuentra protegido por una caja rígida especial fabricada con cartones y papeles libres de ácido.


Como todas las demás fotografías de la colección estamos frente a una copia por contacto, la misma se realizó a partir del negativo de vidrio emulsionado al colodión húmedo y fue copiada 1:1 en el conocido papel albuminado; finalmente la obra se pegó al soporte secundario o sea la hoja blanca de aquel pequeño álbum de trabajo.


Podemos afirmar que estamos frente al más antiguo retrato colectivo ejecutado sobre habitantes del pueblo de San Fernando; son en total siete hombres jóvenes ubicados simétricamente según precisas indicaciones de los fotógrafos Benitez y Pagés. Sobre la blanca pared y teniendo como fondo una puerta -bastante baja, por cierto- cuatro de ellos posan parados y a sus pies se ubican los otros tres compañeros. Por sus modestas vestimentas inferimos que se trata de trabajadores -probablemente changarines del puerto- con sus diferentes tipos de barbas, luciendo sombreros o boinas, con pañuelos obreros al cuello y todos posando en una actitud bastante distendida, fumando unos o brindando otros y hasta sonriendo y bromeando frente a la cámara.


A diferencia de todas las localidades del interior donde trabajaron los socios Benítez y Pagés -y donde consignaban prolijamente en sus páginas las fechas del inicio y fin de cada estadía- el único registro sobre San Fernando indica que no operaron comercialmente en este pueblo bonaerense y, probablemente, la solitaria toma fotográfica estaría vinculada al paso fugaz de dichos profesionales, previo a su embarque en aquel puerto fluvial rumbo a uno de sus destinos sobre el litoral argentino.


Por último, diremos que este especial registro sobre siete trabajadores de San Fernando, no fue precisamente un trabajo comercial para estos socios; más bien la imagen formó parte de un conjunto especial de retratos que ambos fueron realizando a través de cinco años de actuación sobre los denominados "tipos populares" o sea personajes populares como vendedores ambulantes, mendigos a caballo y otros llamativas figuras de la época. Fotográficamente este material era comercializado en especial entre viajeros extranjeros como recuerdo sobre estos "exóticos" países sudamericanos. 



02. Christiano Junior y el dique de San Fernando 


El fotógrafo profesional más talentoso que incursionó durante el siglo XIX por el actual Partido de San Fernando, fue sin duda alguna el portugués José Christiano de Freitas Henriques Junior (1832-1902) más conocido por su nombre artístico de Christiano Junior. 


Retrato del fotógrafo Christiano Junior, uno de los profesionales más talentosos que actuó en nuestro país. Colección Cuarterolo.



Su larga trayectoria en la Argentina fue tan significativa a nivel artístico y documental, que la Fundación Antorchas se hizo cargo de una exhaustiva investigación histórica y de la posterior edición de un libro sobre su vida y obra. Entre sus grandes logros se cuentan dos excelentes álbumes dedicados a la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, conteniendo 12 vistas cada uno, las que se acompañaban con exhaustivas explicaciones impresas en cuatro idiomas.


El segundo álbum fotográfico de C. Junior y con la misma cantidad de imágenes, fue editado en el año 1877 conteniendo vistas urbanas, rurales, tipos y costumbres populares. En esta ocasión nuestro fotógrafo viajó desde la ciudad de Buenos Aires - regenteaba un prestigioso estudio sobre la elegante calle Florida- hasta el pueblo de San Fernando, donde documentó el flamante dique seco y lo acompañó con el siguiente texto que, por su importancia documental, lo reproducimos en su totalidad:


"DIQUE DE SAN FERNANDO - El dique de San Fernando, construido modernamente bajo la dirección del ingeniero argentino D. Luis A. Huergo, es una obra desde largo tiempo reclamada por la marina de guerra y mercante que frecuenta las aguas del Plata, y también por la armada nacional en vía de creación.


La longitud del dique es de 83 metros y su anchura de 18 m., el buque más largo y ancho de los que navegan en nuestros ríos, puede entrar sin dificultad, y como el dique es seco, sufrir todas las reparaciones y pinturas que su casco reclame.


Se dio principio a las obras del dique el 14 de Octubre de 1875, y quedaron terminadas el 24 de Diciembre del mismo año; inaugurándose su explotación el 9 de Enero de 1876, con la compostura del vapor "Galileo", de 72 metros, 70 centímetros de calera, 14 metros, 4 centímetros de calado. Este vapor, propiedad del Sr. Enrique Baggio, es el que aparece en la vista del frente, tomada en el acto de refaccionarse.


Para llenar de agua el dique, basta abrir, durante una hora, la compuerta respectiva, y para agotarlo se emplea una bomba centrífuga de Gunine de 30 centímetros de diámetro, movida a vapor, que extrae el agua próximamente en seis horas. Es una construcción digna de visitarse, la primera en el país, y cuyos servicios han empezado a palparse apenas estuvo terminada."


Consideramos que aquel viaje de C. Junior a San Fernando fue un trabajo por encargo para documentar precisamente el flamante dique seco y, de hecho, se conocen otras vistas desde diferentes puntos de cámara que realizó sobre esta avanzada obra de ingeniería.


Debemos señalar la importancia que tuvo hacia la fecha este registro fotográfico de carácter náutico: en el Tomo I° de los Anales de la Sociedad Científica Argentina (1876, Primer Semestre), entre las páginas 132 y 133, la vista del Dique San Fernando fue reproducida en la técnica de fototipia.


Para documentar esta gran obra C. Junior debió trabajar con un laboratorio (cuarto oscuro) rodante o sea un carruaje a caballo, aquel vehículo-laboratorio era necesario para emulsionar en total oscuridad las grandes placas de vidrio en el tamaño de 23,7 x 29,7 centímetros y conocidas técnicamente como negativos al colodión húmedo. Actualmente estas copias fotográficas vintage a la albúmina mostrando un aspecto del antiguo San Fernando, se conservan montadas en sus respectivos álbumes y resguardadas en varias colecciones públicas -como por ejemplo la Fototeca "Benito Panunzi" de la Biblioteca Nacional- y también en poder de algunos coleccionistas privados argentinos.  


03. El italiano César Annoni 


Investigar a través de las tenues pistas dejadas en San Fernando por el fotógrafo César Annoni, es una tarea realmente detectivesca. Una de las primeras referencias la ubicamos en una poco conocida guía titulada: "Indicador Comercial e Industrial de la Capital y la Provincia de Buenos Aires, Santa Fe (Rosario), Córdoba y Tucumán" correspondiente al año 1883. En su capítulo dedicado a la provincia de Buenos Aires, surge el hecho que, para atender la totalidad del partido de San Fernando, solo se desempeñaba durante ese año un solitario fotógrafo y éste era nada menos que Don César Annoni, por entonces con un modesto local comercial sobre la céntrica calle 11 de Septiembre.


Es interesante señalar que en dicha guía comercial e industrial de 1883, apenas se registran nueve localidades de la provincia de Buenos Aires -puntualmente los partidos de Ajó, Ayacucho, Chivilcoy, Dolores, Pergamino, Ranchos, Saladillo, Salto y San Fernando- con establecimientos fotográficos permanentes.


En el desarrollo de la investigación hemos descubierto otras facetas que lo posicionan como un importante referente sobre esta actividad profesional en el contexto general de la provincia de Buenos Aires. En primer término, debemos puntualizar que César Annoni se perfila entre los pioneros fotográficos del pueblo de San Fernando, obviamente luego de las fugaces actuaciones de los itinerantes Benítez y Pagés o del célebre portugués Christiano Junior pero, a diferencia de esos colegas, Annoni fue el primero en establecerse en forma permanente con un estudio y vivienda familiar en esta atractiva localidad del norte del conurbano bonaerense.


Una de sus iniciativas -quizás la más importante en toda su carrera- ha sido descripta por el historiador Arnaldo J. Cunietti-Ferrando en el texto "Los fotógrafos en la exposición continental de 1882" publicado en el 4° Congreso de Historia de la Fotografía (Buenos Aires - 1995). En la página 103 de la respectiva Memoria, Cunietti- Ferrando indica: «Un fotógrafo desconocido era César Annoni. La Guía de Ruiz dice: "Tiene un taller fotográfico en el pintoresco pueblo de San Fernando, el "rendez-vous" en el verano de un gran número de nuestras beldades. Ha enviado una colección de fotografías representando en su mayor parte buques de nuestra escuadra. Aunque no son muy buenos por los ingredientes químicos que emplea en sus baños y por las máquinas que posee, no son malos tampoco y merecen -dice el redactor- algunas palabras de elogio para estimular a este humilde artista que continuamente progresa en su arte (...) además, ya que nuestro gobierno no ha expuesto las fotografías de nuestros buques de guerra como lo han hecho Chile y Brasil, el señor Annoni ha reparado, sin sospecharlo tal vez, ese olvido lamentable».


Este punto es sumamente importante pues posiciona a César Annoni como uno de los precursores sobre la fotografía náutica nacional y, en este caso puntual, registrando parte de la flota de guerra de la armada argentina hacia la década de 1880. De esta manera Annoni continuaba la saga de otros pioneros de la cámara sobre este poco transitado tema, como lo fueron Carlos Descalzo y Paulino Benza, autores de la colección fotográfica titulada: "Recuerdos de Pavón", donde mostraron notables registros sobre jefes militares, oficiales y marinería a bordo del navío de guerra "25 de Mayo" de la escuadra de Buenos Aires durante el año 1861; este valioso  conjunto sobre fotografía bélica cuenta con seis imágenes a la albúmina y pertenece a la colección del Museo Mitre de Buenos Aires. También y en la misma entidad porteña se conserva otro temprano álbum sobre la escuadra argentina -circa 1865- compuesto por ocho copias en papel albuminado de la firma fotográfica Fermepín Hermanos de Buenos Aires. 


A esta iniciativa pionera sobre tan rara especialidad fotográfica de su época, hay que sumarle la valiosa decisión del inquieto italiano quien, y desde el lejano pueblo de San Fernando, decidió participar con estas especiales obras en un foro nacional e internacional tan exigente como lo fue la "Exposición Continental Sud-Americana" realizada durante el año 1882 el predio donde actualmente se ubica la Plaza Once de Buenos Aires.


De esta manera y en el Pabellón de Bellas Artes entre el 15 de marzo hasta el 29 de julio, alrededor de medio millón de visitantes argentinos y extranjeros pudieron apreciar los navíos de guerra plasmados por el "signore" César Annoni; Debemos señalar que sus imágenes náuticas competían frente a profesionales de gran prestigio como Christiano Junior, Witcomb & Mackern, Chute & Brooks, César Bizioli, Osvaldo Loudet, Carlos Aglietti, Tomás Bradley y Juan B. Ansaldi o extranjeros como los brasileños Marc Ferrez -premiado en su país por un invento sobre registros de navíos de guerra- o José Ferreira Guimaraes. 


Diremos que Samuel Boote fue designado como fotógrafo oficial de la Exposición y por lo tanto contaba con un kiosko especial para la venta de sus obras, especialmente de las vistas sobre la misma Exposición Continental Sudamericana y todas sus instalaciones. Finalmente, el Jurado -en un fallo muy cuestionado- premió con medallas de oro a las firma de Witcomb & Mackern (Buenos Aires) y a José Ferreira Guimaraes (Rio de Janeiro); lamentablemente César Annoni no recibió premio alguno, pero no dudamos, sus obras fueron apreciadas por colegas y el gran público.


El 10 de mayo de 1895 un funcionario gubernamental golpeó la puerta del domicilio y comercio de Don César Annoni en aquel pueblo de San Fernando; formaba parte de un gran contingente al servicio del Segundo Censo Nacional de la República Argentina dirigido por Diego G. De La Fuente. A 127 años de distancia los pocos datos que se obtuvieron sobre aquel inmigrante europeo nos permiten reconstruir parte de su vida. 


En esta planilla censal comprobamos que César Annoni se declara como varón, casado, con 50 años cumplidos -habría nacido entonces hacia 1845-, de nacionalidad italiana, de profesión "Fotógrafo" y que sabe leer y escribir. En el mismo Censo de 1895 pero en la ciudad de Buenos Aires, se registra el inmigrante italiano Antonio Annoni, casado, de 43 años y cuyo hijo mayor se llama César; por estas llamativas coincidencias inferimos que podría tratarse de un hermano menor de nuestro fotógrafo. Hemos averiguado además que el apellido Annoni proviene mayoritariamente de la región de Lombardía al norte de Italia. Según el reconocido historiador Juan Gómez, el Censo Nacional del año 1895 arrojó un total de 473 fotógrafos para todo el país, de los cuales 97 operaban en la provincia de Buenos Aires, siendo 79 de ellos de nacionalidad extranjera


Una nueva pista la encontramos en la rara publicación estadounidense "Comercial Directory of the American Republics - Washington - 1897". En el capítulo dedicado a la República Argentina y en su página 188, figura entre los fotógrafos mencionados a César Annoni de San Fernando. Comprobamos entonces que desde la Exposición Continental Sud-Americana de 1882 hasta esta guía de 1897, existen por lo menos 15 años de trayectoria fotográfica ininterrumpida en el pueblo de San Fernando.


Como todos sus colegas Annoni se volcó a la explotación intensiva de la retratística social y, hacia el período de su actuación sanfernandina (1880-1900), sus retratos posados de estudio se ejecutaban mayoritariamente en los populares formatos universales como la francesa "carte-de-visite" (6 x 9 cm) o la inglesa conocida como "álbum" o "portrait cabinet" (14 x 10 cm), aunque son escasos los retratos que se conservan. Por ejemplo, el 15 de marzo de 2015 la Galería Roca de Buenos Aires subastó en el lote N° 207 una obra de César Annoni de San Fernando, circa 1880. 


En la Colección Alexander se encuentra un retrato femenino realizado por Annoni hacia fines de los '70 y en el formato "carte-de-visite" con una publicidad al dorso estampada con un sello húmedo oval y en tinta azul de solo 2,3 x 4,8 cm. indicando: "Fotografía del Norte - San Fernando". La joven y elegante mujer -con sus llamativas joyas, peinado alto y lujoso vestido oscuro- posa de pie con el pequeño hijo sentado a su lado. De aquella antigua galería de pose sanfernandina apreciamos la tapizada silla de estudio, el fondo fotográfico de tela con motivo de columna griega, rematando con una alfombra de grandes flores. En este caso César Annoni retocó el iris en los ojos de madre e hijo, casi al mismo estilo del fotógrafo italiano Bizioli de Buenos Aires.


También hemos estudiado -hace ya varios años- en la Colección Fernando Quevedo Orden otra de sus obras, se trata de un retrato en el popular formato "carte-de-visite" y con una mayor publicidad al dorso de la cartulina: "Fotografía del Norte - César Annoni - Calle 11 de Septiembre - San Fernando".  Otro ejemplo más es el "Soldado del Batallón Provincial", retrato de un militar argentino realizado por este activo italiano quien, en su publicidad al dorso del soporte secundario de un "portrait cabinet" estampó su sello publicitario: "Fotografía César Annoni.  Calle 11 de Septiembre N° 130. San Fernando.". Comprobamos entonces que en su actuación en esta localidad y como retratista social, operaba con los dos formatos fotográficos clásicos de su época. 


04. Harry Grant Olds 


Hacia el año 1900 desembarca en Buenos Aires el fotógrafo estadounidense Harry Grant Olds (Sandursky, Ohio, 1869 - Buenos Aires, 1943); provenía de la vecina Chile (Valparaíso) y se había iniciado muy joven en dicha profesión en la costa este de los Estados Unidos. Desde su arribo, H. G. Olds tomó la determinación de documentar esta pujante metrópoli sudamericana, el cercano conurbano y a partir de allí otras regiones del país.


Profesional de sólida formación técnica y artística, volcó toda su producción en la obtención de vistas urbanas, rurales -durante años fue el fotógrafo oficial de la Sociedad Rural Argentina- y de tipos y costumbres populares. Fueron obras de gran calidad, las que luego se divulgarían a través de una serie de editores consagrados a las novedosas postales fotográficas.


Desde fines del siglo XIX el atractivo pueblo de San Fernando se había consolidado como uno de los destinos turísticos y vacacionales predilectos de la sociedad porteña, en especial por su cercanía a Buenos Aires (solo 26 km) y gracias a la gran facilidad de sus viajes en tren a partir de 1864. Para muchos fotógrafos estas circunstancias eran propicias para explotar el nuevo negocio de las postales de carácter turístico.


Uno de ellos fue el americano H. G. Olds quien apenas iniciado el siglo veinte, realizó una excelente cobertura sobre los principales edificios y paisajes representativos de esa localidad tan vinculada al río y a sus actividades recreativas. Luego y por medio de un convenio comercial, Olds cedió el uso de sus mejores negativos al filatelista y editor Roberto Rosauer (1875-1939), quien volcó aquellas excelentes imágenes en tarjetas postales de impresión fotomecánica y las distribuyó a través de grandes tiradas.


De esta manera los vecinos de San Fernando y en especial los turistas de fin de semana o vacacionales, tenían la posibilidad de adquirir estas económicas postales fotográficas, no sólo como un recuerdo personal de sus felices vacaciones, también como cartas mínimas enviadas a parientes y amigos relatando al dorso de la imagen y en muy pocas líneas aquellas gratas experiencias veraniegas.


Las postales fotográficas de H. G. Olds y editadas por Roberto Rosauer, contenían la imagen fotográfica escogida a plano completo e impresa en tono sepia u otros colores; también existieron tiradas especiales a color, gracias al proceso técnico conocido como cromolitografía. Los epígrafes y créditos se ubicaban también al frente de la cartulina.


Algunas de las postales editadas sobre San Fernando por Roberto Rosauer -con oficina en Rivadavia 522 de Buenos Aires- y a partir del año 1901 fueron:


Canal de San Fernando

Estación de San Fernando

La Plaza de San Fernando

Rancho - San Fernando


Debemos señalar que otras empresas editoras también publicaron postales fotográficas de Harry. G. Olds -tanto en técnicas monocromo o color- sobre esta misma localidad del norte; ellos fueron los impresores capitalinos Pita y Catalano y F. Weiss. Por ejemplo y bajo el título "Recuerdos de San Fernando" la Imprenta de F. Weiss -con talleres en calle Chile 1360- aportó varias de estas imágenes. Debemos resaltar que, siguiendo el ejemplo de Roberto Rosauer, tanto las firmas de Pita y Catalano como la de F. Weiss y también otras, respetaron escrupulosamente la autoría del americano Olds y así lo consignaban en todos sus créditos editoriales; por ejemplo, lo comprobamos en la clásica vista a color sobre la bucólica Estación San Fernando donde se aprecia el arribo del tren a vapor y con algunos pasajeros esperando en los andenes del F.C.B.A y R. 

* Especial para Hilario. Artes Letras Oficios

San Miguel (Buenos Aires)

18 de noviembre de 2022.


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