Los archivos familiares a veces nos deparan sorpresas. Papeles olvidados, dispersos, mal guardados, nos describen trazos y derroteros, amores y desencuentros, los viajes de un tío “bon vivant” o de aquellas de la familia que quedaron para “vestir santos”. También pueden hablarnos de tiempos de vacas gordas… y flacas. Escritos ¿por quién o quiénes? ¿Para qué? Pero al margen de estas microhistorias, si sabemos leer entre líneas y a la luz de especialistas en la materia será posible descubrir memorias políticas, sociales, económicas. Papeles que sostienen el “pulso” de la historia.
Cartas, estampas, fotografías, medallas, y otros documentos fueron guardados en el seno de la familia Álvarez por varias generaciones. Hace diez años, el Dr. Matías Álvarez Colombres, consciente de la importancia del material del cuál era poseedor, convocó a la conservadora de museos, Gloria Sánchez Almeyra para catalogar, estabilizar y realizar las guardas de conservación para cada una de las piezas de este singular conjunto. Es así que se contabilizaron alrededor de cuatrocientas piezas, principalmente correspondencia entre Nicolás Álvarez y Justina Rodríguez de finales del siglo XIX y primeras décadas del XX. Los protagonistas hablan de temas personales y de otros relacionados con el proceso de fundación de Pueblo Álvarez en el sur santafesino (7 de julio de 1890). Desde 1806 la familia de Justina era poseedora de la estancia “San Antonio”, de algo más de 7.000 hectáreas. Este sitio fue el primero en poblarse del distrito Saladillo Sur, perteneciente en esa época al Partido del Pago de los Arroyos. La población estaba limitada a la casa de campo en la que residía el matrimonio Rodríguez, junto a sus criados y jornaleros. Justina contrajo enlace con Nicolás María Álvarez; joven oriundo de la ciudad de Rosario. El 7 de Abril de 1887 Nicolás fallecía a los 52 años, quedando al frente de la familia la joven viuda, quien decide fundar un pueblo acompañada por su hijo Bernardino iniciando los trámites correspondientes ante el gobierno de Santa Fe. El hecho de haber ocupado este territorio desde los primeros años del siglo XIX hace que encontremos algunos documentos que se datan inmediatamente después de la revolución de mayo. Como vemos, el gran arco temporal en el que esta familia tuvo actuación y la posición preponderante que ocupaban, hizo que se vinculen con personajes destacados de nuestra historia nacional. Así aparecen firmas de la talla de Estanislao López, Juan Lavalle, Juan Manuel de Rosas, Justo José de Urquiza, Juan Bautista Alberdi y Julio Argentino Roca, entre otros.
Una década transcurrió desde que Matías y Gloria se ocuparon de traer luz sobre este material, hasta que el pasado lunes 15 de enero el Museo Comunal de Peyrano fue el depositario de esta destacada donación de documentos que trascienden la esfera privada para transformarse en públicos.
Documento con la firma de Estanislao López, “Gobernador de la Provincia (de Santa Fe) y General del Exército Convinado (sic)”. Fotografía: Gentileza Museo Comunal de Peyrano.
En palabras de su donante: “Para mí no hay dudas. Lo que uno ha recolectado, heredado, o tenido por alguna trayectoria de su familia que pueda resultar de interés general para estudio, investigación, creo que tiene que estar a disposición de la gente. Considero que las cosas no son de uno en la medida que no las usa. La decisión es clara: esto puede ser provechoso para estudiar las costumbres de época, momentos históricos, políticos, económicos y culturales. Y, ¿por qué el Museo de Peyrano? Esto no es menor. Primero porque yo los conocía, a quienes trabajaban, la seriedad en términos de calidad de trabajo que realizaban, las propuestas y desafíos que siempre ha tomado el Museo de Peyrano y el tiempo que sostenía el museo de forma activa y permanente. Esto fue lo que me motivó para que el material vaya a Peyrano.”
El Museo de Peyrano que hace más de treinta años viene conformando una rica colección con un fuerte arraigo local y regional, sin dudas una de las más importantes y reconocidas del sur santafesino, suma una donación inesperada tanto como inigualable. El ingreso de este Fondo Documental permite traer la historia nacional a nuestro entorno más cercano, evidenciando procesos de fundación de localidades similares a los de nuestro pueblo.
Cabe mencionar que el museo ya contaba con el Fondo Documental de la Familia Peyrano, los Rodríguez Álvarez y los Peyrano Bett, familias que habitaron un mismo espacio geográfico, familias que fundaron pueblos, con relaciones políticas y sociales análogas. Estos archivos públicos (junto con otros que el museo conserva) ahora están a disposición de los especialistas que puedan utilizarlos como fuentes de sus investigaciones, porque, retomando las palabras del donante “las cosas no son de uno en la medida que no las usa”. Y también, a disposición de la comunidad toda, que los verá en futuras exposiciones temporales.
Bienvenidos entonces los coleccionistas y poseedores de piezas que piensan en un museo público y abierto a la comunidad como depositario final de sus bienes.
* Especial para Hilario. Artes Letras Oficios