Cuentos inconclusos (o un teatro de objetos), la actual exposición de Liliana Porter en Buenos Aires

Fragmentos de cerámicas, un caballero barroco de porcelana frente a una mecedora vacía, o una mujer que barre polvo azul caído de un vaso de plata, son algunos de los cuentos inconclusos de Liliana Porter, en Ruth Benzacar. Fotografía del autor.

La soledad del personaje, junto a su maraña de hilos de líneas de colores. En Ruth Benzacar, fotografía gentileza de la galería.

Otro personaje solitario, meditativo, sentado sobre una cama metálica, vaya a saber uno qué espera, con su portafolio bajo el brazo… En Ruth Benzacar, fotografía gentileza de la galería.

Un viejo perfora la pared de la galería Ruth Benzacar, en Cuentos inconclusos. Fotografía del autor.

Guillermo Vega Fischer

(Buenos Aires, 1979)


Compositor, pianista, dramaturgo, director musical y teatral, egresado de la Universidad Nacional de La Plata. Dirige junto al artista visual Pablo Archetti la Compañía Canción Nocturna del Caminante con la que estrena óperas de su autoría, como En la colonia penitenciaria, sobre el cuento de Franz Kafka; El infierno musical, sobre el libro de Alejandra Pizarnik; Canción nocturna del caminante y su pálido compañero, sobre canciones de Franz Schubert, y La máscara de la muerte amarilla, sobre la epidemia de fiebre amarilla de 1871 en Buenos Aires.


 Aquí su página con su producción: www.ccnc.com.ar


Dentro del equipo de Hilario se ocupa de la investigación y catalogación, especialmente en las áreas de las artes visuales, fotografía patrimonial, cartografía y literatura.


Por Guillermo Vega Fischer *


Apenas atravesada la puerta de la galería Ruth Benzacar en el barrio porteño de Villa Crespo, la música que emana de un video nos invita a acercarnos a una gran pantalla. Allí vemos Cuentos inconclusos, una pieza audiovisual creada por Liliana Porter y Ana Tiscornia en 2022, y cuyo título da nombre a la exposición. Desde un primer momento, se sumerge uno como en un teatro de pequeñas situaciones, en donde sorprende la fantástica coexistencia de lo ínfimo con lo inmenso. Pequeñas figuras cotidianas, minúsculos objetos encontrados como juguetes, adornos, platos, habitan el espacio blanquísimo de las salas de la galería, o las extensas superficies de tela del mismo color en las que contrastan hilos, manchas, objetos, estos pequeños seres. Los describe la propia artista como a «un elenco de personajes de objetos inanimados, juguetes y figuritas que encuentro en mercadillos, tiendas de antigüedades y otros lugares extraños. Los objetos tienen una doble existencia. Por un lado son mera apariencia, adornos insustanciales, pero, al mismo tiempo, tienen una mirada que puede ser animada por el espectador, quien, a través de ella, puede proyectar la inclinación a dotar a las cosas de una interioridad e identidad». 


Efectivamente, la obra de Porter involucra al espectador como pocas creaciones actuales lo hacen. Cada obra nos ofrece un micromundo, una micro escena, propiciada por el diálogo entre objetos aparentemente inconexos. Unas manchas acuosas de color azul sobre un papel se transforman en impetuosas olas al enfrentarse a una fragata de juguete. Otras gotas de tinta también azul, pero sobre una hoja de cuaderno escolar Rivadavia, son el derrame que una mujer -una minúscula figurilla- debe limpiar. Muy apropiado el título de la exposición, son todos éstos, Cuentos inconclusos. No quiere Porter inducirnos a complejas y acabadas dramaturgias, o a intrincadas divagaciones intelectuales con masticadas conclusiones filosóficas. Por el contrario, estas figuras intrascendentes plantean simples situaciones cotidianas, pero que nos conducen emotivamente a reflexionar sobre la inaprensible condición humana. Mucho nos recuerda en este aspecto a las películas del sueco Roy Andersson, como en Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia, donde suceden escenas cortas, aparentemente inconexas unas a las otras, y parece que nada sucede, pero en realidad, ocurre todo.


Aprovechamos la circunstancia de la actual exposición de su obra en Buenos Aires, para dialogar con la artista.


Hilario: Observamos esta dualidad que mencionamos, la de lo inmenso conviviendo con lo ínfimo, siempre presente en tu obra. Un pequeño objeto sobre un gran lienzo, o una mujer de pocos centímetros enfrentándose a la titánica tarea de limpiar un desorden de metros y metros, ¿qué significados tiene ésto en tu obra?


Liliana Porter: Quizás se trate de una metáfora que refleja nuestra frágil condición frente a las enormes incógnitas de la realidad que superan nuestra posibilidad de entendimiento.


Hilario: Recordemos que tus primeros pasos, a comienzos de los 60, fue con el grabado. Desde entonces transitás el dibujo, la fotografía, la pintura, el video, la instalación, el arte público, para finalmente arribar al teatro, como sucede con Domar al León y otras dudas, la pieza teatral que presentaste junto a Ana Tiscornia en 2017 en la Segunda Bienal de Performances en Buenos Aires, ¿Creés que el teatro fue un camino inevitable, al que tus “viñetas teatrales” -utilizando tus propias palabras- debían arribar?


Liliana Porter: Creo que hacer teatro fue resultado de una evolución natural en mi obra. Fue un desafío que se resolvió en una experiencia muy feliz, realmente muy placentera. A mí me gusta mucho el trabajo en equipo, y tuve la suerte de trabajar con gente muy preparada y sensible.


Hilario: Ya mencionamos el video arte Cuentos inconclusos y la pieza performativa  Domar al León y otras dudas, creadas ambas con la artista uruguaya Ana Tiscornia. ¿Cómo vivís, o viven ambas, la creación colaborativa?


Liliana Porter: Aunque básicamente nuestra obra es individual, hemos desarrollado varias líneas de trabajo en colaboración en video, teatro, obras sobre papel, grabados e instalaciones. Como desde hace muchos años compartimos el taller, conocemos profundamente cada una la obra de la otra. Eso hace fácil la colaboración. Nos resulta una experiencia siempre muy placentera y divertida.


Hilario: Tu obra emana calma, ternura y humor, cualidades que contrastan con el ascetismo conceptual o el expresionismo visceral, estéticas más transitadas por los artistas contemporáneos locales. ¿Estás de acuerdo con esta apreciación?, ¿cómo percibís a la escena artística local, y a tu obra en diálogo con ella?


Liliana Porter: Teniendo en cuenta que un tema recurrente de mi obra es la simultaneidad de situaciones disímiles, me resulta natural percibir las diferentes expresiones que generan los distintos contextos. Creo que las afirmaciones contrarias, pueden convivir y ser realmente válidas.  


Los invitamos a recorrer esta maravillosa exposición, Cuentos inconclusos, en la galería Ruth Benzacar, Juan Ramírez Velasco 1287, Ciudad de Buenos Aires. Está disponible hasta el 20 de abril.


El reflejo de un personaje sobre un espejo de mano. Porter anima estos objetos en Cuentos inconclusos. Fotografía del autor.



Otro maravilloso personaje, una señora teje un tul, apenas un detalle de la gran instalación central en la galería Ruth Benzacar. Fotografía del autor.




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