«Museo Secreto. De la reserva a la sala» en el Museo Nacional de Bellas Artes

Felipe Noé, Carlos Alonso, dos artistas argentinos vivos, junto a Gustave Doré, francés del siglo XIX, entre muchas otras obras.

Tursiops Truncatus de Luis Benedit en primer plano. Detrás, Josefina Robirosa, Fermín Eguía, Gambartes, Foujita...

Retratos de diversos artistas en «Museo secreto».

El pasado 21 de enero se inauguró al público la muestra antológica «Museo Secreto. De la reserva a la sala» en el Museo Nacional de Bellas Artes. Las obras pertenecen a la colección del museo, pero son las que no vemos exhibidas en las salas de la colección permanente, es decir, las que conforman su reserva. Pinturas, dibujos, grabados, fotografías, esculturas e instalaciones de unos 250 artistas argentinos y extranjeros, desde el siglo XIV hasta la actualidad, en buena parte nunca exhibidas. 


Al ingresar al gran Pabellón de exposiciones temporarias del museo, nos encontramos con un conglomerado de obras exhibidas al modo en que se presentaban las colecciones en el siglo XIX, es decir, cubriendo cada centímetro de la pared, próximo al piso y al techo. Esto, por más que parta de una necesidad de espacio, no es una desventaja de la exhibición. Reunidas por diversas temáticas, como de género - retratos, desnudos, paisajes, animales, bodegones, trabajadores y huelgas -, o de estilos - expresionistas, románticos, geométricos, ópticos -, cada obra dialoga con sus vecinas. Nos miran los ojos de los retratados por Gómez Cornet, Spilimbergo, Emilia Bertolé, Demirjian, García del Molino, Hildara de Llanso y Ripamonte, todas pinturas argentinas del siglo XIX y XX, junto a los ojos penetrantes y afelpados de Enrique Fogwill realizados con hilos y lanas por Mondongo, artistas locales actuales; los de una muchacha en un busto de mármol de Victorien Antoine Bastet, artista francesa del siglo XIX, y las miradas de Victoria Ocampo y Charles Baudelaire, en fotografías antiguas. 


Retrato de Rosario (Retrato de niña), óleo de Ramón Gómez Cornet.


Otra ventaja de la reunión concentrada de piezas es la sorpresa. Entre muchas, surgen pinturas que recordamos haber visto colgadas en el museo años atrás, descubrimos nuevas bellezas que nos enamoran, reconocemos firmas célebres, como en un grabado de Picasso, en unas fotografías eróticas de Robert Mapplethorpe, en una pequeña escultura de Leonora Carrington, o volvemos a ver pinturas icónicas de nuestra historia, como el Retrato de Juan Manuel de Rosas de Raymond Auguste Quinsac Monvoisin; El baño de Prilidiano Pueyrredón o el enorme óleo Primeros pasos de Antonio Berni. Grata fue la sorpresa de encontrar varias pinturas del genial Fermín Eguía, recientemente fallecido.


Heracles, El arquero, del escultor francés Émile Antoine Bourdelle. Detrás, diversos desnudos, entre ellos, uno de Luis Centurión, otro de  Vladimir Becic, pintor yugoslavo.


Exhibición ineludible para los amantes del arte, ¡por cuántos años más, luego de desmontada la muestra, regresarán estas joyas a la oscuridad de la reserva del MNBA! Museo secreto. De la reserva a la sala puede visitarse hasta el 4 de mayo de 2025 en el Pabellón de exposiciones temporarias del Museo, de martes a viernes, de 11 a 19.30 [último ingreso], y los sábados y domingos, de 10 a 19.30.



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