Pasear, descansar, conocer, aprender, emocionarse… El turismo cultural se practica todo el año y los atractivos pueden estar a la vuelta de la esquina. Sólo se necesita una mente curiosa y las ganas de disfrutar.
Desde nuestro espacio seguimos ofreciendo opciones; esta vez con un paseo hacia nuestra historia más remota, hacia los restos de una ciudad que, como Pompeya, emergió de su letargo después de un largo tiempo. Nos referimos al primitivo emplazamiento de la ciudad de Santa Fe (Argentina), las exhumadas ruinas de Cayastá, hoy Museo Etnográfico y Parque Arqueológico Santa Fe la Vieja.
Aquel poblado se fundó el 15 de noviembre de 1573 “en esta provincia de Calchaquíes y mocoretáes” -como lo indicaba su acta fundacional-, y el Capitán y Justicia Mayor Juan de Garay trazó su dibujo a la vera del río Corrientes. Con el paso de los años, las crecientes y el deterioro de sus barrancas, además de los ataques perpetrados por los guaycurúes, obligaron a sus autoridades al traslado hasta su actual ubicación. Aquella mudanza, protagonizada por unas mil almas, se llevó a cabo entre los años 1660 y 1670, y en el nuevo destino se repitió el plano del primitivo casco urbano.
Lo cierto es que las huellas del asentamiento original se perdieron con el paso del tiempo y fueron necesarios más de trescientos años hasta que un intrépido investigador, Agustín Zapata Gollan (1895 - 1986), rescató de la memoria oral la referencia de Cayastá como el sitio de la primitiva ciudad de Santa Fe. Aquella tradición indicaba que los restos habían estado visibles hasta finales del siglo XVIII, cuando el científico español Félix de Azara señaló, en 1796, “Santa Fe la Vieja que ahora llaman Cayastá”.
El derrumbe de las barrancas junto con el deterioro natural de las precarias estructuras abandonadas; las lluvias, los desplazamientos del suelo, la cobertura vegetal; todo alentó a su pérdida definitiva. Pensemos que esos restos fueron finalmente incorporados a la Colonia Cayastá fundada en 1867 y se incorporaron a las parcelas asignadas a los nuevos pobladores formando parte de las áreas cultivadas; durante décadas, recibieron el arado que nivelaba terrenos y extraía ladrillos, tejas, maderas y otros objetos -hasta medallas religiosas y monedas- que eran quitados del suelo para facilitar las tareas de cultivo de granos y hasta de frutales. Próxima a la barranca, una loma conservó su perfil y allí, en 1923 se construyó un monolito recordando que por tradición, ese era el sitio donde se había levantado la primera ciudad.
Zapata Gollan fue el responsable del hallazgo que hoy podemos disfrutar sorprendidos. En julio de 1949 comenzaron las excavaciones que dejaron al descubierto los restos de los antiguos muros y algunos esqueletos de los primeros pobladores, dando con los huesos de Hernandarias de Saavedra -el primer gobernador criollo del río de la Plata- y de su esposa, la hija de Juan de Garay; habían localizado la antigua iglesia de San Francisco y la documentación histórica corroboraba los testimonios materiales exhumados. Sin embargo, pronto llegaron las críticas y fue necesario que una comisión de la Academia Nacional de la Historia se trasladara hasta el sitio. En 1952 llegó su dictamen: las ruinas de Cayastá son los restos de la antigua ciudad de Santa Fe fundada en el año 1573.
Para entonces avanzaban los estudios en el terreno y se constataba la existencia de otras estructuras edilicias; es que Zapata Gollan había comprobado que la traza de la nueva ciudad preservó la ubicación de los solares adjudicados a los vecinos, al cabildo y a las iglesias en el emplazamiento abandonado. Así salieron a la luz entre otros, los restos del Cabildo y de las iglesias de Santo Domingo (1) y La Merced, y las viviendas de algunos de sus vecinos.
En siete décadas de trabajo se han extraído los más variados testimonios de la vida en aquella población virreinal; tinajas, medallas, hierros, tejas, alfarería indígena, marcas de ganado, herramientas de labranza y otros diversos utensilios, todos restos arqueológicos que permiten contar la historia de uno de los primeros pueblos españoles levantado en nuestro actual territorio nacional, donde convivieron hispanos, criollos, indígenas y esclavos africanos.
Hoy podemos visitar este museo de sitio devenido en Parque Arqueológico Santa Fe la Vieja y Museo Etnográfico y Colonial “Juan de Garay”, declarado Monumento Histórico Nacional. Se ubica en la provincia de Santa Fe, en el km 78 de la Ruta Provincial Nº 1, a 255 km al norte de la ciudad de Rosario.
Indicamos sus horarios de visita. Sábados, domingos y feriados: de 9 a 15 hs. Y martes a viernes, de 8,30 a 12,30 y de 14 a 18,30 horas.
Los invitamos a ver este video, a modo de presentación de uno de sus atractivos: VER AQUÍ
Nota:
1. En su tiempo, relató Zapata Gollan: “medí dos manzanas hacia el oeste de lo que consideraba las ruinas de San Francisco y luego una manzana hacia el norte, donde encontré las ruinas de Santo Domingo ubicada y orientada también como la actual iglesia de los dominicos de Santa Fe”.