Algunos museos, como el José Hernández de la ciudad de Buenos Aires, exhiben cada tanto piezas cortantes que pertenecieron a la colección de Carlos G. Daws, las que él había formado en su “Museo Familiar Gauchesco”. En el cercano año 2022, el Museo Las Lilas de San Antonio de Areco nos deleitó con una soberbia selección de cuchillos en sus vitrinas, que dieron pie a un magnífico catálogo. Un hilo conductor une ambas exhibiciones: se trata en su enorme mayoría de cuchillos criollos. Nos referimos por criollos a la típica hoja triangular, de hoja firme y fuerte, adaptada a las tareas del trabajo rural, embellecida en su platería para lucimiento del gaucho y, muchas veces, para el del patrón. No hay duda que es el cuchillo criollo una de las herramientas que define al gaucho junto al caballo y la guitarra, los versos octosílabos y la parca oratoria del hombre de campo.
Sin embargo, hay algunas colecciones porteñas que exhiben con orgullo estos objetos de otras épocas y orígenes -por ejemplo, desde los inicios del siglo pasado, la colección de Jorge Llobet Cullen reunió un conjunto increíble (LEER MÁS)
Desandar esas rutas lejanas es el motivo de la presente entrega.
Algunos de los cuchillos estudiados, resulta fácil comprenderlo, han sido adquiridos a expertos de gran reconocimiento, incluso autores de libros de referencia a nivel internacional. Pero no siempre uno da con la pieza que se encuentra totalmente eximida de dudas en cuanto a su autenticidad, al igual que sucede con los cuchillos criollos. Los “cuentos del tío” existen en todos los rubros. Como dicen los expertos, lo más importante para certificar una antigüedad es su “provenance” u origen, y estudiar a medida que uno forma su colección. Acudir a los libros -impresos y en versiones digitales-, conversar con colegas y demás especialistas, y visitar museos y otras colecciones particulares. No solo se trata de buscar las piezas sino además, de develar sus historias.
El cuchillo con volutas fotografiado es un caso extraordinario. Si bien en su momento, Simon Moore -el gran especialista- comentó que había sido fabricado en la Edad de Hierro europea, posiblemente 2.000 años antes del presente, advirtió que no le era posible certificar esta datación ante el desconocimiento real de su procedencia. Lo cierto es que la pieza fue analizada en el Departamento de Arqueometalurgia de la Facultad de Ingeniería de la UBA, en ese momento dirigido por el Ing. De Rosa. Allí realizaron una serie de estudios y elaboraron un paper que fue presentado en diversos foros internacionales de arqueometalurgia. [1] El pulido del cuchillo permitió descubrir bajo la cubierta de óxido los restos de una decoración de hilos de cobre puro y de aleación de bronce. Las volutas del pomo son extremadamente raras y fueron identificadas como Voluytoobraznymi de procedencia eslava. Que tengamos referencias, sólo se han encontrado cuatro cuchillos similares, datados en los siglos VIII a X de nuestra era, entre el Danubio y los Cárpatos. Se trata de objetos de culto, posiblemente relacionado con el cuidado de la salud. A nuestro criterio estamos ante una pieza extraordinaria, no solamente por su rareza y antigüedad sino por haber sido sometida a los más modernos análisis disponibles. Medidas. Largo de hoja: 7,5 cm. Largo total: 13,1 cm.
Cuchillo de hierro con anilla. Se trata de un cuchillo de la Edad de Hierro europea, es decir con una antigüedad en torno a los 2000 años. Fue excavado en la actual Alemania, posiblemente en el área arqueológica de Hallstatt. Tiene como característica una anilla para atarlo a las ropas del propietario. Recordemos que durante cientos de miles de años y hasta hace pocas décadas, el cuchillo era la más preciada de las herramientas humanas. Este ejemplar, posiblemente se ha conservado en arcilla de río, lo que explica el excelente estado del hierro. Medidas. Largo de hoja: 13 cm. Largo total: 20,2 cm. En un artículo también publicado en Hilario, hicimos mención a un cuchillo español, posiblemente de Flandes, del siglo XVII o XVII [ ver más ] que fue hallado en la costa del Río de la Plata en 2022 y que había conservado su hoja por estar protegido por arcilla.
Cuchillo mediano, medieval con su cabo de madera, con roturas. Por su tipología entendemos que fue utilizado en los años 1200 a 1300. Medidas. Largo de hoja: 11 cm. Largo total: 19 cm. Para tomar una idea de su antigüedad, de esa época datan los manuscritos medievales y el extraordinario tapiz de Bayeux. [2] Un cuchillo muy similar puede verse en el libro Cutlery for the table de Simon Moore: pág. 65.
Cuchillo derivado de un scramasax, el antiguo diseño usado por los anglosajones. El que mostramos aquí es una típica herencia de aquel, con una larga punta caída. La pieza es similar al reproducido por Simon Moore en su libro Cutlery for the table, pág. 69. Nótese la infaltable anilla para sujetarlo y no extraviarlo, considerando que era una posesión preciosa para su dueño. Posiblemente también de los años 1200 a 1300 de nuestra era. La hoja se encontraba separada del cabo y tiene una pequeña reparación. Medidas. Largo de hoja: 7,5 cm. Largo total: 14,4 cm.
Cuchillo de Flandes, encontrado en la ribera del río Támesis. Son muy conocidos los buscadores de objetos históricos que recorren las costas de este curso de agua durante las bajantes y muchas veces tropiezan con piezas caídas o extraviadas en las maniobras de aquellos buques que han amarrado por cientos de años en sus costas. Además, el río fue usado como basurero por la ciudad de Londres durante siglos, de manera que es posible encontrar allí todo tipo de objetos. [3]
El cuchillo fue hallado en el antiguo y ya abandonado muelle de Queenhithe, en aquella ciudad, cuya costa arcillosa ha protegido la hoja y el cabo, aunque el filo está bastante rugoso. Se trata de una variante que estuvo de moda entre mediados de los siglos XV y XVI. Algunos trabajadores de bronce flamencos (que hacían la parte decorativa de los cabos, como puede verse en este) aparentemente montaron un taller en el Mercado de Billingsgate donde hacían estas tareas. El cuchillo es similar al que Moore vendió a nuestro experto Abel Domenech y que le sirvió para desarrollar su teoría sobre la influencia del cuchillo de Flandes en nuestro criollo, que puede leerse en su libro Dagas de Plata. Medidas. Largo de hoja: 9,3 cm. Largo total: 16,5 cm.
Cuchillo plegable para fruta. Saltamos quinientos años hacia adelante y nos encontramos con un pequeño cuchillo plegable de cachas de nácar y hoja de plata que servía (antes de la invención del acero inoxidable en 1914) para cortar y comer frutas sin que su contenido ácido la manchara, como sucedía con el acero al carbono de las hojas corrientes. Proveniente de Maldonado, Uruguay, es una muestra de la gran importación que este país tuvo de productos ingleses, incluso de los más finos. Según los cuños de la hoja, el cuchillo fue fabricado por Thomas Marples de la ciudad de Birmingham en 1889, referencia precisa que proveen dichas marcas, que indican fabricante, ciudad de origen y año, allí colocadas por orden real, ya que el estado controlaba la pureza del metal y recaudaba impuestos en forma paralela. Esta versión es prácticamente desconocida en nuestro medio. Sin embargo, Simon Moore publicó una obra de investigación dedicada exclusivamente a ellos bajo el título Pocket Fruit Knives [2008]. Medidas. Largo de hoja: 6,5 cm. Largo total: 15,5 cm.
Cuchillo de mesa inglés con cuño Simpson // 55 Strand. Se trata de un cuchillo de cabo de marfil con dibujo y grabado de plumas, típico de las primeras décadas del siglo XIX. Fue fabricado por Henry Simpson con taller en la calle Strand 55 de Londres. Medidas. Largo de hoja: 16 cm. Largo total: 27 cm. Un cuchillo similar (y otros de la época con finos trabajos sobre el cabo de marfil) pueden verse en el libro British Cutlery: an illustrated history of design, evolution and use -pág. 126- editado por Peter Brown. La firma fue creada en 1788 por un antepasado de Henry. También se dedicaban a producir instrumentos quirúrgicos como lancetas y escarificadores. En la página web del Museo de Ciencias de Londres puede verse un aterrador escarificador de 12 lancetas que se usaba para realizar sangrías y curar enfermedades. [4]
Juego de cuchillo y tenedor fabricados por Sanderson en Inglaterra. Hubo más de una firma productora Sanderson, así que no podemos atribuirla a una en particular. Este juego fue realizado entre los años 1760 y 1800 según se deduce por ciertos aspectos, como la hoja en forma de semi cimitarra, la más usada en el siglo XVIII en Inglaterra. Por otra parte, el tenedor es un utensilio de creación mucho más reciente, y necesitó varios años hasta que se hizo popular. El cuchillo en cambio, tiene un origen que se remonta a decenas de miles de años y la cuchara quizás hasta unos dos mil años de antigüedad. [5] El tenedor de dos dientes, en cambio, se incorporó a los hábitos cotidianos a partir de la década de 1760 y desde los inicios del 1800 fue paulatinamente reemplazado por el de tres dientes. Juegos similares pueden verse en British Cutlery: an illustrated history of design, evolution and use, editado por Peter Brown, en las páginas 110 y 126. Una hoja de cuchillo de mesa con forma de cimitarra más acentuada localizamos también en el libro de Simon Moore, Cutlery for the table, pág. 211. La forma de cimitarra fue utilizada desde el siglo XVII como hemos mostrado en un artículo anterior en esta newsletter, ya citado. Por último, la inscripción acuñada Cast Steel se refiere a un tipo de acero usado en distintas épocas. Medidas. Largo de hoja: 12,5 cm. Largo total: 21 cm.
Pequeño cuchillo medieval de probable origen germano -hallado en la orilla del Támesis-, con su cabo en forma de paralelepípedo [rectángulo corpóreo], al parecer de cuerno vacuno, con una aguda hoja, muy aserrada en el filo. La pieza cuenta con un certificado de autenticidad europeo, sin firma ni datos de quien lo expidió. ¿Será auténtico? ¿Cómo saberlo?
La forma se corresponde con un ejemplar que ilustra el citado libro Cutlery for the table de Moore [pág. 66], quien lo data cerca del año 1400. Pero podemos agregar algo, este ejemplar tiene en el extremo del cabo una protuberancia, de las que hoy en día llamamos “rompecoco”, aunque de apenas 3 mm de altura. Esa punta no se ve en la foto mencionada recién, aunque en la misma obra en su pág. 297 se encuentra descrita la evolución de los extremos del cabo en el medioevo. Allí advierte Moore que los cabos rectangulares de fines del siglo XV tenían la misma protuberancia que en la pieza que aquí presentamos. Dicho esto, cabe advertir que no podemos asegurar su origen, pero tenemos buenas pistas que confirman una procedencia del medioevo. Medidas. Largo de hoja: 6 cm. Largo total: 14,5 cm.
Por último, comparto tres piezas antiguas que poseen los cuños de sus fabricantes, adquiridas a precios irrisorios. El comercio aún existe y se dedica a otros rubros del anticuariato; es de imaginar, en su certificado aparecen referencias hipotéticas e inciertas. Con habilidad algunos agentes del mercado al ofrecer artículos intervenidos advierten que cierto tramo de la pieza estudiada es “posterior” -nosotros mismos hemos acudido a este concepto más arriba-, para ellos un eficaz subterfugio que nos obliga a entender que con la ambigüedad de tal palabra dejan abierta la posibilidad de haber sido hecho ayer mismo… Lo cierto es que en ocasiones, no es fácil verificar cuán antigua es una pieza. Solo queda confiar en la “provenance” y estudiar; que quizá sea lo más lindo del coleccionismo.
Notas:
1. Andrés Chesini Remic y Horacio Manuel de Rosa, Estudio morfológico y microestructural de un cuchillo de hierro, 18* Congreso Internacional de metalurgia y materiales, Bariloche, 2018.
2. Se puede ver esta obra extraordinaria en detalle aquí (VER)
3. Puede apreciarse este documental AQUÍ y todo lo que se refiera a los buscadores o “mudlarkers”.
4. VER
5. 2300 Cucharas y Utensilios 2800 Años, catálogo de la exhibición Museo Soumaya, México, 2001.
* Especial para Hilario. Artes Letras Oficios