El sorprendente fotógrafo austríaco A. Schier. Sus andanzas desde El Cairo a Buenos Aires

Retrato obtenido en la casa «Fotografía de Viena», de Schier y Leithner. Colección Abel Alexander.



Joven retratada por los fotógrafos Schier y Leithner. Al dorso una leyenda bilingüe; en castellano, «Mi bisabuela». Colección particular.



Retrato de Cristóbal Enrique Klöpping con su nodriza. Al dorso, una leyenda manuscrita fechada en 1874. Colección particular.



Jóven madre, en otro retrato que se conserva en esta colección aparece su pequeña hija. Detrás, la firma del fotógrafo y la dirección de su local: Suipacha 105 de Buenos Aires. Colección Abel Alexander.



Pedro Vercesi acudió al estudio de Schier y obtuvo su retrato tipo «carte-de-visite». Para entonces el fotógrafo ya se encontraba en la calle Florida número 105 de Buenos Aires. Colección Abel Alexander.



Abel Alexander


Historiador fotográfico argentino (n. 1943), investigador, restaurador, coleccionista y conservador de fondos fotográficos. Premio Gratia Artis (2021) otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina.


Es coautor de numerosos libros, ensayos, catálogos y artículos sobre la fotografía histórica argentina. En 2021 presentó su primer título de autoría exclusiva: Estos débiles papeles son más fuertes que los ladrillos (Editorial ArtexArte. Colección Pretéritos Imperfectos. Buenos Aires). Desde hace décadas se desempeña como periodista especializado en fotografía antigua del diario Clarín de Buenos Aires.


Descendiente en 5ª generación del daguerrotipista y fotógrafo alemán Adolfo Alexander (1822-1881).


Curador de numerosas exposiciones sobre daguerrotipos y de antiguas fotografías a nivel nacional. Ha dirigido diversos Museos Fotográficos y Fototecas Históricas. En el año 1985 fue miembro fundador del Centro de Investigaciones sobre Fotografía Antigua en la Argentina "Dr. Julio F. Riobó".


Hacia 1992 inició junto a Miguel Ángel Cuarterolo y Juan Gómez los reconocidos Congresos de Historia de la Fotografía de trascendencia nacional e internacional a través de 12 encuentros.


Actualmente preside la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía (SIHF).


Durante 15 años organizó junto a Juan Travnik las exposiciones sobre fotografía histórica nacional en la FotoGalería del Teatro San Martín, de la Ciudad de Buenos Aires.


Desde el año 2006 y hasta 2018 se desempeñó como Asesor histórico-fotográfico de la Fototeca "Benito Panunzi" de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno", de Buenos Aires.


Ha editado diversas colecciones fotográficas como "La Fotografía en la Historia Argentina", "Escenas de la Vida Cotidiana”, "Un Siglo de Fotografía Argentina" y otros títulos sobre ésta temática histórica.


En septiembre de 2017 participó como co-autor y expositor invitado de la muestra "La Fotografía en Argentina (1850-2010). Continuidad y Contradicción" organizada por el J. Paul Getty Museum de Malibu, California.


En el año 2021 fue designado Académico Correspondiente en la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina.


Por Abel Alexander *

A modo de Prólogo


En octubre del año 2023 y ante una solicitud de la investigadora argentina Ingrid Briege, realizamos un doble relevamiento en los archivos del Museo Fotográfico "Adolfo Alexander" de San Miguel (Buenos Aires). El motivo puntual fue la búsqueda de una mayor información sobre el fotógrafo A. Schier, fotógrafo viajero probablemente de origen austrohúngaro. 

 

En primera instancia identificamos las obras vintage de su autoría preservadas en nuestra colección fotográfica y, en segundo término, acudimos a los archivos históricos propios para dar con la información reunida a través de viejas investigaciones. Paralelamente indagamos en la escasa bibliografía fotográfica nacional e internacional, en busca de nuevas pistas sobre este enigmático profesional de la cámara vinculado totalmente a la etapa del colodión húmedo. Queremos señalar que la presente investigación es, hasta aquí y a nuestro entender, la única realizada sobre la actuación de este profesional decimonónico en nuestro país. 

 

Un inmigrante muy especial

 

De acuerdo a la información reunida, el germano A. Schier actuó únicamente en la ciudad de Buenos Aires y lo hizo a partir de los primeros años de la década de 1870. Esta urbe cosmopolita ha congregado desde el año 1843 el mayor número de fotógrafos profesionales, cuya amplia mayoría se encontraba relacionada al redituable negocio de la retratística social, y efectivamente, no hemos detectado en la obra de A. Schier otro tipo de registros como, por ejemplo, vistas urbanas, tomas rurales o personajes y costumbres de la época.

 

Es importante entonces ubicar a este fotógrafo inmigrante dentro de aquel contexto nacional, tanto el temporal como el de carácter técnico. Para solo dar un ejemplo mencionaremos el papel que A. Schier desempeñó como integrante de la segunda generación de los nuevos «fotógrafos» pues, la primera etapa, se había iniciado entre nosotros a partir la década de 1840 gracias al arribo de un puñado de «Daguerrotipistas» y «Ambrotipistas» pioneros, siendo éstos precursores reemplazados a partir del año 1860 y en forma gradual por los flamantes fotógrafos, gracias a la evolución del revolucionario proceso negativo-positivo iniciado alrededor de 1840 por el inglés William Henry Fox Talbot (1800-1877).

 

En la presente investigación hay dos premisas que nos interesa señalar con relación a la historia fotográfica nacional; la primera, puntualizar que la ciudad de Buenos Aires fue la mayor plaza comercial del flamante oficio, y en segundo término, advertir que en esta profesión técnica y también artística, fueron mayoritariamente jóvenes inmigrantes provenientes de los Estados Unidos de América,  quienes la ejercieron en su inicial etapa daguerreana, en tanto que, a continuación, llegaron los profesionales viajeros oriundos de la Europa occidental, ya en la segunda mitad el siglo XIX y hasta las primeras décadas del XX.

 

Comprobamos entonces que nuestro fotógrafo Schlie se inscribe en ambas categorías, pues abre un establecimiento de retratos en el centro mismo de la city porteña y probablemente siendo un súbdito del entonces Imperio Austro-Hungaro, su origen es foráneo. Esta nacionalidad se reafirma al promocionar su atelier bajo el indicativo nombre de: "Photographie de Vienne", tal como lo observamos en el mensaje publicitario de algunas de sus obras, e inclusive, ante la edición de otros recursos publicitarios, donde reproduce al dorso de sus fotografías y como imagen única, la condecoración imperial en forma de cruz y corona, en cuyo centro se destacan las iniciales «F. J.», las cuales corresponden al Emperador Franz Joseph I°, soberano de aquel imperio de la Europa central.

 

Para ubicar la historia de A. Schlie en el contexto internacional de la época, diremos que el Imperio Austro Húngaro se fundó hacia el año 1867 y en su extensa geografía - con más de 620.000 k2 - se integraban diversos reinos menores, siendo sus capitales imperiales Viena y Budapest. El monarca de aquel reino dual fue Francisco José I° (1830 - Viena - 1916) quien gobernó desde su fastuoso Palacio de Schonbrunn durante 68 años ininterrumpidos sobre millones de súbditos y en un período de grandes convulsiones políticas y sociales.

 

Buenos Aires, meca fotográfica

    

Hacia la década de 1870 Buenos Aires se inscribía entre las ciudades latinoamericanas más atractivas para los nuevos fotógrafos europeos y lo era por muchas razones. El primer censo nacional de población realizado en septiembre del año 1869 bajo la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento arrojó como resultado que la mayor ciudad de la República Argentina, Buenos Aires, albergaba 187.346 vecinos sobre un total de 1.877.490 habitantes para todo el país.

 

El mismo censo indicaba para la actividad fotográfica en Buenos Aires una suma de 133 profesionales, sobre un total nacional de 190 operadores de cámaras; o sea que en esta activa ciudad se concentraba nada menos que el 70% de todos los fotógrafos actuantes en nuestro territorio y a solo 30 años del invento del daguerrotipo en París.

 

Hacia la fecha - y en coincidencia con la actuación local de A. Schier - los procesos pioneros positivos como daguerrotipos, ambrotipos y ferrotipos ya habían pasado de moda en el gusto del público, ahora fascinado por la nueva y arrolladora moda de los retratos «fotográficos». Esta novedad se estableció definitivamente entre nosotros a partir de los años iniciales de la década de 1860 y de la mano del formato conocido como tarjeta de visita o «carte-de-visite» en francés.

 

Fue precisamente el francés André Adolphe Eugéne Disdéri (1819-1889) quien, en la eterna París y aprovechando dos grandes adelantos técnicos, como los negativos sobre vidrio emulsionados al colodión húmedo y las delgadas copias en papel albuminado - gracias a una novedosa cámara de cuatro objetivos - patentó e implantó hacia 1854 la fulminante moda de las pequeños retratos en copias - de tan solo 9 x 6 cm. . montadas en cartulinas impresas con la publicidad de cada atelier y bautizadas popularmente como «carte-de-visite».

 

Con ella se extendió en todo el mundo la fiebre de la «cartomanía» y Buenos Aires - ahora con una creciente comunidad de inmigrantes europeos - no se sustrajo a esta fascinación pues, por su bajo precio, amplias capas de la población tenían acceso por primera vez a su propia representación icónica. Los estudios porteños disfrutaban su mejor momento comercial con ansiosos clientes quienes, por una suma muy inferior al costoso daguerrotipo, recibían hasta 12 retratos en diferentes poses de estudio.

 

Esta moda generó a su vez grandes cambios en el nuevo gremio de los fotógrafos; en primer lugar, se impuso ampliamente la modalidad del retrato sobre otras especialidades, como por ejemplo las vistas de exteriores u otro tipo de registros. A su vez y frente a la gran demanda se multiplicaron los estudios capitalinos y, hasta reconocidos profesionales como Adolfo Alexander (1822-1881) y Antonio Aldanondo (1826-1891), llegaron a regentear hasta tres atelieres simultáneos en Buenos Aires operados por profesionales europeos, en general alemanes y franceses.

 

El austrohúngaro A. Schier en Buenos Aires

 

Los atentos lectores del influyente diario británico «The Standard and River Plate News» - con una tirada de 3000 ejemplares - correspondiente al jueves 7 de agosto de 1873, tomaron conocimiento sobre una nueva firma fotográfica que abría sus puertas en la pujante Buenos Aires; información que pudieron leer en el destacado aviso de la página 3 columna 5 y en el cual se indicaba: «New photographic establishment from Vienna - Propietors Schier & Leitner. Cangallo corner of Suipacha. Entrance N° 59 in the latter street».

 

En aquel extenso texto promocional y como ya era habitual, la firma extranjera ofrecía al público porteño los clásicos retratos posados de estudio siempre en el acotado horario de 9 AM hasta 4 PM - o sea tomas con luz natural y de tipo cenital - pero, y como una gran novedad hacia la época, anunciaban sorprendentes vistas fotográficas «tomadas del natural» sobre las exóticas regiones de Arabia y Egipto, se podían apreciar tanto en el almacén del señor Fusoni como en el de su colega Maveroff. En esas lejanas tierras y con el auténtico espíritu del fotógrafo viajero, Schier había registrado con sus cámaras aquel exótico destino. Ya nos ocuparemos en una próxima entrega sobre esta apasionante etapa de su vida profesional.

 

Retornando al aviso publicado en el diario británico editado en Buenos Aires, digamos que ambos socios ofrecían atender a su clientela todos los días de la semana y con la facilidad de ser atendidos en otros cinco idiomas, además del castellano, lo hacían en alemán, y también en francés, inglés, italiano y hasta en ruso. Remataban dicha publicidad indicando que sus obras merecieron la condecoración del mismo Emperador de Austria.

 

Hemos analizado ocho obras vintage de A. Schier -cinco de ellas en nuestra colección-, todas en el formato «carte-de-visite». Nos sirven como valiosa hoja de ruta porteña. 


En lo que consideramos las dos imágenes más tempranas analizadas, vemos a una joven en un retrato presentado en la modalidad oval y a un caballero de poblada barba y también en dicha modalidad tipo porcelana. Ambas indican al dorso con publicidad litográfica: «Photographie de Vienne / Schier et Leithner / Buenos Ayres», la cual se complementa con una viñeta donde se destaca la cámara y una paleta con sus pinceles o sea la simbología propia de la Fotografía como un nuevo integrante de las Bellas Artes. Se aprecia en ellas la asociación comercial con su colega Leithner y, el hecho que alfabéticamente Schier se ubica primero que Leithner, destaca quién era el socio principal. 


Ya con mayor precisión en la información publicitaria damos con el retrato de un niño -se indica al dorso en sendas leyendas manuscritas en dos idiomas, en castellano: «Mi tío abuelo, Cristobal Enrique Klöpping con su niñera», e impresa, la publicidad litográfica con la dirección indicada en el diario británico citado: Suipacha 59. De especial interés para ordenar la secuencia, en el texto manuscrito más antiguo se indica la fecha de 1874. 


En esta secuencia cronológica y geográfica, observamos a continuación distintas variantes con Schier actuando sin su socio. Probablemente, recién disuelta la alianza comercial lo hará en la misma arteria porteña, pero en el número 105. Así lo observamos en dos registros, el de una dama joven identificada como la «Señora de Anschütz» y el de su pequeña hija sobre un sillón tapizado. Al dorso de ambas se aprecia una gran firma ológrafa - cruzada - con el apellido: "Schier" y la dirección mencionada.


Y ya consolidado en su recorrido comercial, optará por un local ubicado en la arteria preferida por los grandes fotógrafos de su época -entre ellos Christiano Junior y Alejandro Witcomb-, la calle Florida. La «carte de visite» que muestra en una versión tipo oval en medio cuerpo al inmigrante italiano Pedro Vercesi - luce elegante traje y poblada barba oscura - corrobora este cambio de dirección: "Schier / 105 Florida 105 / Buenos Ayres». E instalado en este punto neurálgico, otro retrato que corresponde a un caballero no identificado de enormes patillas, lleva al dorso otra versión de la publicidad impresa litográficamente, aquí en color rojo; la misma se encabeza con la famosa Cruz al Mérito - o Sivilverdienstkreunz en alemán - instaurada hacia 1850 por el joven soberano Francisco José, consistente en su corona sobre una cruz y al centro las iniciales «F.J.». Y a continuación el siguiente texto: «Schier / Fotógrafo / Decorado por S.M. el Emperador de Austria / 105 Florida / Buenos Aires». Aclaramos que por «Decorado» quiso decir condecorado en idioma español.


Caballero de intensa barba. Retrato fotográfico con la publicidad estampada al dorso del soporte secundario. Colección Abel Alexander.


También comprobamos gracias a la «Guía Demissolz» de Buenos Aires - editada en 1879 - que el retratista A. Schier continuaba activo ese año y con atelier en la elegante Florida N° 105. Paralelamente su antiguo socio Z. Leithner operaba fotográficamente un local en la calle Piedad - actualmente Bartolomé Mitre - N° 714, según la publicación citada, y también corroborada por la «Guía General de Comercio» del editor Francisco Ruiz.

 

Localizamos otras obras vintage realizadas por las firmas «Schier & Leithner» y «A. Schier», siempre en la ciudad de Buenos Aires; se encuentran en diversas colecciones públicas y privadas, tanto del país como en el exterior. De las primeras citamos a la Fototeca «Benito Panunzi» de la Biblioteca Nacional, la Fundación CIFHA y en la colección Guillermo Campion, y de las segundas podemos mencionar al Museu Marítim de Barcelona (España), el Archivo Onassis/Cavafis de Atenas (Grecia), la Biblioteca Nacional de Nueva Zelanda (Wellington).


Carlos Germán Burmeister retratado por Schier en Buenos Aires. Fotografía: Gentileza Biblioteca Nacional de Nueva Zelanda. Repositorio, Biblioteca Alexander Turnbull, Wellington, Nueva Zelanda.


También posó para A. Schier en Buenos Aires hacia el año 1879, el sabio Karl Hermann Burmeister (1807-1892). Se trata de un retrato a medio cuerpo esfumado y en el formato «carte-de-visite» que muestra al célebre naturalista y paleontólogo alemán, cuya carrera científica la desarrolló en gran parte en Argentina. Curiosamente este ejemplar se conserva en la lejana Nueva Zelanda. A su vez otra interesante figura registrada por Schier fue el catalán Joan Maristany Millet, retratado en pose de cuerpo entero, botas de caña alta y con el torso desnudo; esta curiosa obra pertenece a la cámara de los socios Schier & Leithner de Buenos Aires.

    

Por la extensión de nuestra investigación, la segunda y última parte del presente trabajo dedicado a la actuación de Schier en el Lejano Oriente y Europa, se publicará en el próximo número de esta revista.

 

Bibliografía:

- Abel Alexander, Daguerrotipistas y ambrotipistas alemanes en la Argentina, en Revista "Todo es Historia" N° 413, Diciembre de 2001, Buenos Aires.

- Juan Gómez, La Fotografía en la Argentina - Su Historia y Evolución en el Siglo XIX (1840-1899), Abadía Editora, Temperley (Buenos Aires), 1986.

- Nissan N. Pérez, Focust East: Early Photography in the Near East (1839-1885), Milán (Italia). 1998.

- Fernando San Martín, Primer Diccionario Biográfico de Fotógrafos en la Argentina - 3300 Artistas de la Cámara (1839-1939), Gráfica Laiglón, 2023.

- "The Standard", Buenos Aires, 7 de agosto de 1873, Página 3, Columna 5.

 

Agradecimientos: 

Hugo Basso; Osvaldo Betti; Ingrid Briege; Juan Gómez; Felicitas Luna; Marcelo Mazza; Noelia Perales; Héctor Pezzimenti; Fernando San Martín y Alfredo Srur (CIFHA). 

 

* Especial para Hilario. Artes Letras Oficios


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