El 12 de julio de 1948, Zenobia y Juan Ramón partían desde Nueva York, en el barco Río Juramento, rumbo a Argentina y Uruguay. El poeta español había sido invitado por la sociedad Los Anales de Buenos Aires para dar un ciclo de conferencias. Llegaron el 4 de agosto de 1948 y, además de la capital bonaerense, el matrimonio Jiménez visitó otras ciudades argentinas y también Montevideo, invitados oficialmente por el Gobierno uruguayo.
Durante los días de viaje por mar, y en su estancia en el Río de la Plata, Juan Ramón escribió uno de los libros más hermosos de su trayectoria poética, y uno de los pocos de su obra última que publicó en vida: Animal de fondo. De ese viaje —que sería absolutamente inolvidable para Juan Ramón y Zenobia—, y de la escritura de ese libro fundamental en la historia de la poesía contemporánea, este mes de agosto de 2023 se cumplen setenta y cinco años.
Publicado por la editorial Pleamar, en la colección Mirto, dirigida por el poeta Rafael Alberti, Animal de fondo salió de imprenta el 4 de julio de 1949 -sólo siete meses después del regreso de Zenobia y Juan Ramón a los Estados Unidos de Norteamérica- en una cuidada y especialísima edición que incluía la traducción al francés de los poemas a cargo de Lysandro Z. D. Galtier.
Parece que hubiera en Juan Ramón desde el momento mismo de su partida hacia el Río de la Plata una intuición de la profunda vivencia interior que el viaje le iba a ofrecer, y así lo escribe en un borrador de una de sus conferencias argentinas: «El hecho es que al subirme en el coche en Riverdale para tomar en Nueva York el barco que me habría de traer a Buenos Aires, empecé a escribir estos poemas, escritura que siguió en Nueva York, durante toda mi travesía, y en este Buenos Aires. Es decir, que esta penúltima primavera mía, este florecer de huesos ansiosos fue suscitada por este viaje por mar».
A la llegada al puerto de Buenos Aires ese 4 de agosto a las nueve de la mañana, a los Jiménez les esperaban la señora Sara Durán de Ortiz Basualdo, propietaria de Los Anales de Buenos Aires, y su marido. Pero lo que verdaderamente fue motivo de gran alegría para el poeta español fue la presencia de los jóvenes que le fueron a recibir. En las fotos de los periódicos de la época no se hace mención concreta a ellos, ya que todos eran todavía unos perfectos desconocidos, pero en esas instantáneas podemos ver, entre otros, a los poetas María Elena Walsh, Ángel Bonomini y Horacio Armani, a un jovencísimo Alberto Greco, a la futura arquitecta Carmen Córdova Iturburu y a Javier Fernández, que luego sería un importante diplomático.
En esos días en Buenos Aires, entre el 9 de agosto y el 4 de septiembre, Juan Ramón leyó cuatro conferencias, ofreció entrevistas a distintos periódicos, visitó las redacciones de los diarios La Nación y de La Prensa, y fue objeto de distintos homenajes, como el que organizó la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) el 18 de agosto de 1948.
El día 12 de agosto Juan Ramón y Zenobia viajaron a Montevideo. La visita de los Jiménez a Uruguay tuvo similares características a la de Argentina, y su estancia fue motivo también de entrevistas y artículos en la mayoría de los periódicos uruguayos importantes. El 13 y el 16 de agosto, Juan Ramón dio sendas conferencias en el Teatro Solís de Montevideo y, el día 17, el Senado del país realizó una sesión de homenaje en honor al poeta español. Como ocurrió en la Argentina, el encuentro y la sintonía de Jiménez con los poetas jóvenes fueron inmediatos. Todavía hoy, la foto tomada el 15 de agosto en la que aparecen Juan Ramón y Zenobia junto a los poetas uruguayos de la generación del 45 es uno de los testimonios más patentes de esa profunda y fecunda relación. En esa foto están, entre otros, las poetas Ida Vitale, Idea Vilariño y Amanda Berenguer, y los escritores José Pedro Díaz, Carlos Maggi, Emir Rodríguez Monegal y Ángel Rama.
De regreso a la Argentina, Juan Ramón dio otras conferencias más en La Plata, Rosario, Santa Fe, Paraná y Córdoba. En Rosario, el matrimonio visitó la escuela de Olga y Leticia Cossettini; y, en Alta Gracia, la casa de su querido amigo Manuel de Falla, que había muerto dos años antes, exiliado en Argentina tras la Guerra Civil Española. Durante su estancia, Juan Ramón se reencontró también con otros exiliados españoles como Rafael Alberti, María Teresa León, Francisco Ayala, Manuel Ángeles Ortiz, Margarita Xirgu, Rafael Dieste, y Guillermo de Torre, entre otros.
Su poesía en aquel momento se reflejó en las revistas argentinas. Por ejemplo, en la que dirigía Marcos Fingerit. VER MÁS
La relación epistolar del poeta español con escritores argentinos y uruguayos era ya muy importante antes de 1948, pero, a partir de ese momento, fue mucho mayor. En la Sala Zenobia y Juan Ramón Jiménez de la Universidad de Puerto Rico se guarda esa correspondencia, en la que se encuentran cartas de escritores argentinos como Jorge Luis Borges, Victoria Ocampo, José Bianco, Macedonio Fernández, Eduardo Mallea, Oliverio Girondo, Norah Lange, Vicente Barbieri, Ricardo Molinari, Cayetano Córdova Iturburu y Carlos Mastronardi, entre muchos otros; y de escritores uruguayos como, Delmira Agustini, Juana de Ibarbourou, Julio J. Casal, Susana Soca, Gastón Figueira, Clara Silva, Esther de Cáceres y Sofía Arzarello.
Durante la estancia de JRJ en el Río de la Plata, recibió más de 5000 poemas de jóvenes escritores argentinos y uruguayos. De ahí nació la idea de un proyecto que iba a titularse Recuerdo a la poesía escondida, en el que el poeta español quería hacer una selección de la mejor poesía joven de ambos países, y que, por desgracia, nunca pudo terminar. En la Sala Zenobia y Juan Ramón Jiménez hay varias carpetas relacionadas con dicho proyecto que dan cuenta de la importancia de éste y de la correspondencia que generó. En total se guardan 3162 documentos, entre poemas, cartas, críticas literarias, etc.
A pesar de la enorme importancia de este epistolario, sólo muy recientemente se ha iniciado la búsqueda de las cartas de Juan Ramón Jiménez a escritores, artistas y editores argentinos y uruguayos. Sin duda este será un capítulo fundamental del tercer y último volumen del epistolario —en el que en la actualidad estoy trabajando—, y que recogerá la correspondencia del exilio del escritor en América, entre los años 1936 y 1958.
Juan Ramón y Zenobia embarcaron en el vapor Uruguay, el 12 de noviembre de 1948 de vuelta a Estados Unidos. El viaje al Río de la Plata había sido tan importante y fructífero para ambos que tenían la intención de repetirlo en años venideros, pero los difíciles avatares del exilio, la edad y los problemas de salud, hicieron que ese viaje nunca más se repitiese. El 28 de octubre de 1956, Zenobia murió en Puerto Rico, tres días después de que se otorgase el premio Nobel de Literatura a Juan Ramón. Las circunstancias dramáticas que acompañaron ese momento pueden revivirse en mi libro, JRJ. 1956.Crónica de un premio Nobel [1], así como en algunas de las cartas, hasta entonces inéditas, que en él se recogen. Con una de ellas, escrita por Jorge Luis Borges el 29 de octubre de 1956, quiero acabar estas líneas.
[Carta manuscrita, dictada por Jorge Luis Borges a Leonor Acevedo de Borges.]
Jorge Luis Borges
Maipú, 994
Buenos Aires, 29 de octubre de 1956
Amigo mío:
¡Con qué alegría le escribí hace tres días y con qué pena lo hago ahora! Imagino, imaginamos con mi madre a quien dicto estas líneas, los días de dolor y las alternativas de esperanza que nunca nos abandona hasta el duro fin. Mucho los hemos recordado y evocado en estos años de ausencia, quiero que lo sepa y sienta lo íntimo de mi abrazo.
J. L. B.
Nota:
1. Tanto este libro (2008) como mi edición de los volúmenes I y II del Epistolario de JRJ (2006 y 2012 respectivamente) están publicados por la Residencia de Estudiantes de Madrid.
* Escrito en L'Ametlla de Mar [Tarragona, Cataluña, España]. Especial para Hilario. Artes Letras Oficios