La escritura del pasado es el producto de prácticas que, desde el presente, nos relatan miradas de nuestro ayer. Desde ese punto, han sido muchos los que han intervenido en la construcción de estos relatos. Dentro del elenco en el que se encuentran los mismos historiadores, localizamos abogados, sacerdotes, periodistas y literatos. Es por ello que el artículo que hoy presentamos recorre el trabajo de un sacerdote-historiador cordobés, el Padre Pedro Grenón.
Pedro Juan nació el 26 de julio de 1878 en Colonia Esperanza, provincia de Santa Fe, Argentina, lugar caracterizado por ser una colonia de inmigrantes suizos. Ingresó al noviciado jesuita en 1898 y se trasladó a Córdoba en 1914. Estando en esta ciudad se le encomendó la escritura de la historia de la Compañía de Jesús en 1916 y, a partir de allí, se despertó su interés por la escritura y representación gráfica del pasado. Se desempeñó como párroco en diferentes iglesias barriales como las de Barrio Zumarán y La France, sumado a la Compañía de Jesús, iglesia que se encuentra en el casco histórico de la ciudad de Córdoba.
Desde temprano Grenón participó en espacios que querían construir la historia como disciplina científica a través de la creación de revistas, archivos e instituciones. Solo por mencionar algunas de sus participaciones, fue nombrado miembro en la filial cordobesa creada por Ricardo Levene de la Junta de Historia y Numismática Americana en 1928, fundó la sección Córdoba de la Academia Nacional de la Historia en 1940 y participó en la creación de dos espacios centrales: el Archivo Provincial de Córdoba en 1941 y la Junta de Historia Eclesiástica Argentina en 1942. Como historiador tuvo una gran preocupación por el patrimonio, lo que lo llevó a ser consejero de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos en Córdoba y participar en el nombramiento de las Estancias Jesuíticas como monumentos históricos nacionales.
Su obra ha sido poco estudiada a lo largo de los años. Se encuentran los trabajos de Alejandro Moyano Aliaga “Bibliografía del P. Grenón SJ: (1916-1963)” y algunas reconstrucciones recientes como la de Federico Bordese en la Revista del Archivo Fotográfico de Córdoba. Además, existen algunos trabajos de Jacqueline Vasallo y Mónica Ghirardi que recuperan los documentos y la mirada de este presbítero sobre el lugar de las mujeres en el pasado.
Su obra es muy amplia y variada por lo que, a los fines de un primer acercamiento, sólo haremos algunas menciones. Moyano Aliaga calculaba hasta 1963 (es decir, once años antes de su muerte) que había producido un aproximado de doscientas ochenta y nueve obras. No todos son escritos históricos sino que algunos se concentraban en la compilación y difusión de documentos y estudios museológicos. Asimismo, el recuerdo de Grenón se asienta en la recopilación de fotografías y la elaboración de ilustraciones y grabados sobre piezas edilicias arquitectónicas.
Es interesante como toda su producción prioriza la temática y período temporal colonial, como muchos otros historiadores con vínculos con la Iglesia. Por supuesto, dentro de esta categoría se encuentra un profundo estudio por la historia jesuítica y el rescate de la misma en su presente a través de la revalorización del patrimonio de esta congregación. En esta sucinta descripción, no podemos olvidar su constante esfuerzo por participar y construir historias locales de la provincia de Córdoba. Un ejemplo es su trabajo monográfico inédito sobre la Historia de Laguna Larga, presentado a un concurso en 1952 y que fue muy recientemente encontrado por el Prof. Marcelo Guardatti.
Algunas obras
Una de sus obras más reconocidas es la de Documentos Históricos. Consiste en veinticuatro volúmenes de fuentes del Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba y algunos estudios sobre la Historia de la Compañía de Jesús. Se calcula que Grenón fue recuperando estas piezas testimoniales a lo largo de toda su vida, compilándolas en volúmenes de una gran variedad temática: desde los “episódicos” sobre los mártires, los juegos coloniales, y correspondencia de hombres y mujeres; hasta los dedicados a la historia de la literatura y de la música.
Una de las características centrales de estas recopilaciones es el enfoque en la cuestión cultural y cotidiana de la colonia y que solían estar acompañados de intervenciones e interpretaciones realizadas por el presbítero compilador. Las mismas fueron organizadas en cinco secciones: literatura, indígenas, episódico, patriótica y variedades. A su vez se subdividían en tomos de dos o tres por sección, “algunas ya publicadas al momento de la organización y otros todavía en prensa”. Esta obra fue financiada por el gobierno para su difusión en distintas partes del país y, según el diario La Nación, tuvieron la función de Enciclopedia Colonial de Córdoba.
Otras obras destacadas fueron “Medio Siglo de Periodismo Cordobés” (1964-1965) y el primer abordaje conocido que recupera a los historiadores de Córdoba en “Contribución a la Historiografía de nuestras ciudades, pueblos y villas cordobesas” (1968). A lo largo de los años continuó con la publicación de distintos documentos además de sus obras y participó de diversos homenajes. Finalmente, hacia 1973 donó a la Municipalidad de Córdoba su producción literaria e histórica y falleció en 1974. A partir de ella se crearon colecciones en el Archivo Provincial de Córdoba y, al decir de Bordese, surgió el Archivo Fotográfico de Córdoba, aún existente.
Grenón, sus recuerdos en el presente
Recorrer su historia y el reconocimiento que hoy goza permite encontrarlo en discusiones sobre sus memorias en redes sociales. Allí se discute quién era y qué recuerdos evoca en distintos ciudadanos cordobeses que pudieron tener intercambios con él; o fueron creyentes que acompañaron su obra como párroco; o que simplemente lo recordaban como parte del paisaje cordobés: “un personaje icónico” del centro de la ciudad. También se lo rememora en páginas web que reconstruyen su trabajo arquitectónico, el recorrido de capillas y templos cordobeses o que intentan recuperar su trabajo patrimonial y de recuperación documental y jesuítica.
Los historiadores cordobeses aún nos debemos un estudio integral de su trayectoria, un deber historiográfico ante los rastros que nos han quedado de su obra y que hoy nutren nuestras bibliotecas y archivos.
* Adaptación del artículo “Padre Pedro Grenón, el santo de la “sotana raída”. Aproximación a su labor historiográfica”. Naveg@mérica. Revista electrónica editada por la Asociación Española de Americanistas, (29), especial para Hilario.