DE UNA BUENOS AIRES AÑORADA

Álbum de recuerdos. Chez Tatave. Buenos Aires, 1950-1965.

Encuadernación en cuero, en 4to (24,8 x 17,8 cm), 118 páginas. Excepcional y único cuaderno de firmas del restaurante y café concert de estilo parisino que marcó una época en Buenos Aires. 

Contiene innumerable cantidad de firmas, dedicatorias, dibujos, poemas, canciones y hasta un caligrama de Manuel Mujica Lainez, en la primera página. Desde una dedicatoria de Juan Manuel Fangio hasta la más afamada travesti parisina Cochinelle con su autorretrato dibujado. También, la diseñadora francesas Marie Helene Dasté; Annemarie Heinrich con un retrato de Tatave y un dibujo de una cámara con su dedicatoria y entre muchos otros, un dibujo a doble página del artista plástico Romilio Ribero –el “artista maldito”– con el título de “Hechiceras”.

En este cuaderno de visitas, están presentes un cúmulo de artistas y actores notables –Roberto Yanés, Esteban Serrador, el tenor George Shirley, la italiana Franca Tomantini, Ernesto Bianco, Juana María Hidalgo, “Les Apaches” un grupo de escritores y músicos franceses– y hasta diplomáticos de mediados del siglo XX, constituyéndose así en un fresco de la cultura y el espectáculo del momento. 

Dirigido con maestría por su dueño, Gustavo Luciano Moulin, quien adoptó el nombre artístico de “Tatave”, diminutivo de Gustavo usado en el sur de Francia, “Chez Tatave'' se encontraba en el número 369 de la calle Tres Sargentos con todo su aire francés convirtiéndose en un punto de referencia porteño entre 1956 y 1968, cuando le llegó la orden de desalojo. Fue uno de los primeros bares abiertos de noche donde uno podía ir con la familia para disfrutar de una comida típica, escuchando a su dueño, Tatave, ejecutar el piano o el acordeón. Los comensales respiraban en una atmósfera parisina, recreada por su ambientación, obra del maestro Saulo Benavente, uno de los más grandes escenógrafos argentinos. Por este local desfiló lo más apreciado del mundo del espectáculo nacional e internacional. Ninguna noche era igual a otra. 

“Tatave” era un auténtico showman, encantador, conducía su local con especial encanto mientras tocaba el acordeón en un reducto con la magia parisina que atraía públicos muy muy diversos y en especial, a  los personajes de Buenos Aires, como Manucho Mujica Lainez quien, además del caligrama, le dedicó unos versos promediando el cuaderno un par de años más tarde y también, Eduardo "Gordo" Bergara Leumann, que dejó un dibujo al igual que el ilustrador Lino Palacio. De gran interés es una página con dedicatoria y dibujo del inefable mimo francés Marcel Marceau. El cuaderno contiene una cantidad importante de dibujos que retratan París y al dueño del local. Muchas de las firmas son de artistas internacionales, de difícil identificación para nosotros, una verdadera caja de sorpresas para un buen pesquisador de autógrafos. En suma, se trata de una pieza única de gran valor tanto por las dedicatorias y firmas, como por las numerosas ilustraciones, versos y canciones que las acompañan. Este fabuloso cuaderno amerita un estudio minucioso.

S.O.XXII - ESM