EL CIRCO Y LOS FANTASMAS

El Acróbata.  1944.

Muy rara. Xilografía firmada en el taco por el artista, y en el margen inferior, manuscrito por el autor: “Para la dulce y obstinada Hella. Sinceramente. S. Sergi”, y firmada “Sergio Sergi”. Medidas del campo grabado: 22,6 x 26,3 cm. Papel:  24,9 x 26,3 cm. Ejemplar montado sobre un soporte de madera, con una pequeña pérdida en el papel. 

Seguramente estamos ante una prueba del artista; la versión definitiva tiene un recuadro blanco en los costados (1); ésta en particular fue recortada en su margen izquierdo, unos milímetros, refilando la firma del artista en el taco y afectando apenas un par de milímetros la integridad de la imagen. Refiriéndose a esta serie, escribió el crítico de arte Jorge López Anaya: “Realizó obras con sutil ironía, poco común. Con esa concepción y con una manifiesta economía de medios representó los oficios (Fotógrafo, Domador, Astrónomo, Acróbata…)”. (2) En la escena, la muerte acecha al equilibrista ante la mirada cadavérica del público que presencia el espectáculo en las gradas de un circo.

En 1962 Emilio Ellena editó una carpeta con obras de Sergi -entre ellas, “El acróbata”, con una tirada de cincuenta ejemplares. Esta xilografía es la primera que se reproduce en el catálogo de la exposición citada en la nota 1, que realizó en 2012 el Museo Castagnino + Macro, de Rosario, indicando la real dimensión de Sergi como artista y como docente: participó de la fundación de la Escuela de Artes Plásticas de la provincia y fue su primer director. En el 2019 el Museo Nacional del Grabado le dedicó una exposición “Sergio Sergi: la comedia del mundo”, curada por María José Herrera.

Sergio Hocevar (1896 - 1973), su nombre real, había nacido en Trieste, por entonces parte del Imperio Austrohúngaro, hoy Italia. Formado en el Real e Imperial Instituto Gráfico de Viena, sufrió una herida en el frente de batalla, en la Primera Guerra Mundial, experiencia que lo marcó para toda la vida. En 1927 se radicó en Buenos Aires -trabajó en la agencia de publicidad “Pum en el ojo” y se dice que fue uno de los creadores de la famosa cabeza de Geniol. Poco más tarde se mudó a Santa Fe y en 1943 arribó a la ciudad de Mendoza -su residencia definitiva-, donde actuó como docente en la Academia de Bellas Artes de Cuyo, siendo Carlos Alonso uno de sus alumnos y discípulo. Se destacó en el grabado y en especial, en la xilografía. 

Notas: 

1. Impreso en la Argentina. Recorridos de la gráfica social desde la colección del Museo Castagnino+macro. Rosario, ediciones digitales, 2012, p. 13. 

2. Jorge López Anaya: Arte argentino (Cuatro siglos de historia (1600 - 2000). Buenos aires, Emecé arte, 2005, p. 288/289.