Cigarrera. Alfonso XIII. Italia. 1940.

Probable obsequio del rey de España, Alfonso XIII, destronado y exiliado fuera de su patria. Con su tapa decorada a cincel con un diseño cuadrillé. Posee punzones de Italia, posteriores a 1934. 

Medidas: 12,5 x 8,5 cm. Peso: 204 gr.

Hijo póstumo de Alfonso XII, su reinado comenzó con su nacimiento en 1886, aunque lo hizo a través de su madre, María Cristina, que actuó como regente hasta 1902. En las primeras décadas del siglo XX, la vida política de España sufrió diversos conflictos como las revueltas sociales y los problemas regionales, incluido el nacionalismo catalán, y los fracasos militares en Marruecos. Todo ello devino en un frustrado gobierno nacional y en el golpe militar que en 1923 protagonizara Miguel Primo de Rivera con la aprobación de Alfonso XIII. Aquella experiencia resultó un fracaso y en un nuevo intento, el rey buscó restaurar el orden en 1930, pero los partidos republicanos, socialistas y el nacionalismo se unieron contra la Monarquía, y con la victoria electoral de socialistas y republicanos en las elecciones municipales de 1931, Alfonso XIII optó por abandonar el país el mismo día que se proclamó la II República, el 14 de abril de 1931, y nunca más regresó a su patria. 

Hasta 1941, año de su muerte, aquel monarca vivió en el exilio; falleció en Roma, apenas dos años después de la victoria de Francisco Franco en la trágica Guerra Civil Española. En 1969, el nieto de Alfonso XII, Juan Carlos, fue proclamado Príncipe de España por indicación de aquel caudillo y jefe de Estado, aún en el gobierno español. Recién el 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Franco, Juan Carlos I fue proclamado rey, y prontamente se restauró la Monarquía constitucional y parlamentaria siendo su misión la de “escudo protector” del régimen democrático que gobierna los destinos de España. Desde el año 2014 lo ha sucedido su hijo, Felipe VI.

La presente cigarrera lleva en el interior de su tapa, la firma burilada del monarca hispano con fecha de 1940. Sin duda, fue un encargo hecho por aquel monarca ante un joyero italiano, donde en ese momento residía. El destinatario de aquel obsequio, lo imaginamos, debe haber sido un monárquico de fuste. Hoy es parte de la historia de aquella noble nación europea.