Mate con salvilla y tembleques. Cuyo, Argentina, o Chile. Siglo XIX.

Atractiva expresión de las artes criollas. Ex colección Elisa Peña, quien quizás lo heredó de su padre, Enrique (1), o bien lo adquirió ella misma, pues disfrutaba sobremanera con la biblioteca y colecciones heredadas, y nos cuentan, era su placer, adquirir piezas de platería de buena calidad. 

Medidas. Alto: 15 cm. Peso: 300 gr.

Arquetipo del mate de esta región cultural, tan ligada hasta en términos político institucionales -Cuyo formaba parte de la Capitanía General de Chile antes de la creación del Virreinato del Río de la Plata-; su cuenco, de boca sobreelevada en la misma pieza a golpes de martillo, apoya sobre un astil abalaustrado, el que descansa a su vez en una salvilla o plato redondo, rehundido y de borde decorado, la que al fin posa sobre las patas fundidas, en este caso una estilización de piernas humanas. Otra particularidad de este modelo, bien ejemplificado aquí, de la cima del astil y a partir de un aro calado, cuelgan los llamados tembleques en forma de caireles. En todo el conjunto destacan las superficies lisas, y apenas ornamentadas con surcos paralelos y transversales que aparecen formando guardas o bien, decorando el borde perimetral de la salvilla.

Completan su diseño las asas, de fina factura, caladas sobre una lámina de plata. 

Esta variante, un tema de estudio, afirman José y Javier Eguiguren, fueron reinterpretados por los plateros araucanos y “de frontera”, elaborando piezas con “un ingrediente indígena muy marcado tanto en la decoración filiforme burilada en las guardas del cuerpo del mate o en las asas, además de las estilizaciones  vegetales o animales”. (2)

Nota: 

1. Enrique Peña tuvo dos hijos, Elisa y un hermano -también llamado Enrique, como su padre-, quien formó una importante colección de periódicos y editó una publicación que hoy sigue siendo fuente de consulta imprescindible en esta materia. Ver lote 47.

2. José y Javier Eguiguren, La Capitanía General de Chile, en El mate en América. Buenos Aires, Eguiguren & Vega, 2004,  p. 143.