Poncho pampa. Tejedora: Selva Díaz. Catamarca. Contemporáneo.

Selecto poncho tejido en un telar criollo bajo la tutela de la maestra catamarqueña Selva Díaz, como lo indican sus iniciales tejidas en la calle central en uno de sus extremos. Lana de oveja teñida, la prenda se forma en un paño, con su abertura central va protegida por las llancas, de fina elaboración. Posee sus flecos estructurales. 

Medidas. Largo: 163 cm. Ancho: 137 cm. Flecos: 12 cm.

Con un campo de color negro, cuenta con tres calles de laboreo, las que van enmarcadas por listas de colores. La calle central construye su diseño acudiendo al color natural de la lana de oveja, en tanto que las laterales ofrecen el rojo para su diálogo con el negro, rojo que también aparece en las listas que la acompañan. La técnica de la guarda atada (el internacional ikat), requiere de una preparación previa al tejido: cuando recién se ha realizado el urdido, de acuerdo al diseño previsto se efectúan unas mil atadas o amarras para conformar el dibujo del praprawe antes de ser sumergido en una batea para el baño tintóreo. 

Es así que hecho el teñido se vuelve a colocar la urdimbre en el telar criollo, y una vez que se inicia el tejido propiamente dicho, al desatar los amarres de la urdimbre quedará a la vista el espacio sin teñir, con el dibujo en negativo. 

“La historia de la catamarqueña con los ponchos es larga. Díaz nació en La Aguada, a casi tres leguas de Londres, camino arriba, y desde chica ve a sus padres tejer. Al quedar huérfana de padre con solo 12 años, Feliberta, su madre, le dijo que debía aprender a tejer para ayudar en el hogar. A partir de ese entonces, su día se repartió entre ir a la escuela rural y los telares (…) Eran años duros. Había que trabajar: juntar el maíz, cuidar las cabras, ordeñar las vacas y además tejer” [1].

Nota:

1. Diario La Nación, Sección Campo, Agosto 1 de 2019.