Poncho quechua. Potosí, Bolivia. Primeras décadas del siglo XX.

Prenda de alta calidad, los colores de la pampa (el campo) han sido obtenidos por tinción con colorantes vegetales y con grana de cochinilla los rojos, los rosados y los morados.

Este poncho fue tejido en dos paños unidos por una costura central ornamental, en un telar de suelo -también denominado “de estacas”-, con técnica de faz de urdimbre, a cuatro bordes. Se trata de una pieza que reúne en su estructura la habilidad de la artesana para lograr las múltiples tonalidades que conforman su diseño y combinarlas con maestría, sumada a la delicadeza de la veintena de listillas de labor de diferentes motivos geométricos. 

Medidas. Alto: 153 cm. Ancho: 126 cm. Flecos: 1,5 cm.

Durante el siglo XX, la ciudad de Caiza se ha extendido y los poblados vecinos han ido perdiendo su esencia tradicional. Los textos documentales clasifican a los tejidos de Chillma –de donde proviene este poncho- como un subestilo caiza. Al respecto, Teresa Gisbert consigna: “en Caiza, los diseños principales son también el rombo y el gancho, pero muestran una mayor policromía. Sus tejidos alternan pampas (campo del textil) de diversos colores con estrechas franjas de pallay (diseño de labor)”. (1)

Podemos colegir en consecuencia, que estamos ante un estilo en extinción, lo que constituye un llamado de atención a la hora de incorporar obras originales al patrimonio de un coleccionista.

Nota:

1. Teresa Gisbert, Silvia Arce, Marta Cajías: Textiles en Los Andes Bolivianos. La Paz, ed. Agencia Boliviana De Fotos / Fondo Cultural Quipus, 2003, pág. 169.