Rastra de monograma. Olavarría, prov. de Buenos Aires.

Muy atractiva rastra calada y cincelada con la representación de sendas aves mitológicas -se advierten ambas cabezas, con picos y copetes, y alas desplegadas-, con plumas y hojas. Al centro, y de forma oval, un monograma calado con las iniciales “M. C.”; aquí mismo, detrás fueron aplicados los punzones de autoría -A. AMOROSO-, de los títulos de ambos metales -800 y 18K- y un número -584-, quizás el registro fiscal. La misma presenta seis tiros de cadenas hechas a mano con eslabones ovalados que enlazan sendas argollas en cuyo centro fue aplicada una flor. En los extremos de cada ramal, las cabezas de aves que protagonizan el centro en otra versión del diseño. 

Medidas. Diámetro del centro: 5,7 cm. Largo total: cm. 23 cm.

Esta variante de la rastra, de tamaño más reducido y con la impronta de excelencia que suelen darle los joyeros a sus piezas, se extendió en su uso en el interior de la provincia de Buenos Aires. 

Ángel Amoroso aprendió el oficio en el taller de Amoroso y Llera, siendo primo del socio de la firma. Luego de formarse en la casa de los sucesores del gran maestro Dámaso Arce, se independizó abriendo su propia joyería a mediados del siglo XX -siempre en la ciudad de Olavarría-, la que permaneció activa hasta la década del ´70. En su taller trabajaron, entre otros oficiales plateros, Walter Solari, Coco Paroli y el cincelador de este cuchillo, José María “Caho” Garay. (2)

Nota: 

1. Escasos años atrás recabamos esta información del maestro orfebre Armando Ferreira, testigo y colega de Ángel Amoroso.