Usos y costumbres de Buenos - Aires. Litografías de las Artes. Buenos Aires. 1844.

Sin duda, uno de los más bellos álbumes litográficos y el más escaso del arte argentino, se conocen sólo dos ejemplares completos, y algunas láminas sueltas. Ejemplar en gran forma, se presenta con una encuadernación posterior de lujo en pleno cuero granado verde, gofrado, y dorado al igual que sus cantos. Dicha encuadernación, en Folio (47,2 x 33,3 cm) reúne la Portada del Cuaderno 1° (41,2 x 29,8) y las 22 láminas litográficas iluminadas -medidas, en torno a 39,2 x 25,8 cm-, presentadas en una doble hoja, una de base y la restante con la ventana calada a modo de paspartú.

El álbum comienza con la Portada del Cuaderno 1° detallando los 12 grabados que lo formaban: Buenos Aires – El Lazo – Toldos – Recoleta – Carabinero – Parada en el Campo – La Boca – Carabinero – Indios – Sereno – Plaza Montserrat y Bivac. Y encuadernados a continuación, se observan los siguientes: Lancero – Teniente Alcalde/Cívico –Plaza de la Victoria – El Fuerte – El Cabildo – Carreta de Embarque – Aguatero – Panadero - Lechero – Pulpería.

Se sabe que ambos autores aportaron por igual, 11 láminas cada uno. Las de Isola, con su autoría indicada fuera de la escena: “A. Isola del.”, comprenden la totalidad del segundo cuaderno y “Plaza Monserrat”, incluida en el primero.

La historia del dibujante y litógrafo francés Julio Daufresne bien podría dar origen a una novela; hacia 1835 desertó de un barco francés e instalado en el puerto de Buenos Aires, se incorporó con prontitud al taller de César Hipólito Bacle, protegido por su titular. Pero luego de perfeccionarse en el oficio, se alejó de aquella casa para incorporarse al establecimiento de Antide Hilaire Bernard y más adelante, al de Gregorio de Ibarra. Cada uno de estos pasos estuvo acompañado de un litigio iniciado por Bacle, que lo acusaba de haberle sustraído varios modelos de su taller.

En 1844 logró su obra cumbre junto a Alberico Isola -artista de origen italiano-, el álbum “Usos y costumbres de Buenos Aires”, salido de las prensas de la “Litografía de las Artes”, propiedad de Luis Aldao.

Resulta muy difícil explicar cómo han llegado hasta nuestros días sólo dos ejemplares de este álbum, tratándose de una obra de excepcional calidad, y dado que ambos carecen de la portada del Cuaderno 2°, cabe imaginar que las láminas fueron distribuidas sueltas. Lo cierto es que, consultando las grandes colecciones reunidas en la primera mitad del siglo XX, nos referimos por ejemplo a las de González Garaño y Guillermo H. Moores, carecen de este sensacional tesoro iconográfico.

En 1960 y al dar con un ejemplar -nos aseguran que el que ahora ofrecemos-, la casa L´Amateur de Buenos Aires editó este álbum en una versión facsimilar y con la portada del segundo cuaderno hecha especialmente para dicha impresión. Los editores agradecieron “la prestigiosa colaboración del Dr. Bonifacio del Carril, autor de la introducción y del comentario que acompaña cada lámina”. Por entonces, del Carril no contaba con un ejemplar en su colección, hasta que años más tarde logró reunirse con el segundo conocido, el que fue rematado en mayo de 2010 alcanzando un valor récord para los álbumes litográficos argentinos: 43.000 dólares.