LECTURAS RECOMENDADAS (MAYO 2021)


ABEL ALEXANDER

Historiador fotográfico argentino (n. 1943), investigador, restaurador, coleccionista y conservador de fondos fotográficos. Descendiente en 5ª generación del daguerrotipista y fotógrafo alemán Adolfo Alexander (1822-1881).

Ha colaborado en numerosos libros, ensayos, catálogos y artículos sobre la fotografía histórica argentina. Desde hace décadas se desempeña como periodista especializado en fotografía antigua del diario Clarín de Buenos Aires.

Curador de numerosas exposiciones sobre daguerrotipos y de antiguas fotografías a nivel nacional. Ha dirigido diversos Museos Fotográficos y Fototecas Históricas. En el año 1985 fue miembro fundador del Centro de Investigaciones sobre Fotografía Antigua en la Argentina "Dr. Julio F. Riobó".

Hacia 1992 inició junto a Miguel Ángel Cuarterolo y Juan Gómez los reconocidos Congresos de Historia de la Fotografía de trascendencia nacional e internacional a través de 12 encuentros.

Actualmente preside la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía (SIHF).

Durante 15 años organizó junto a Juan Travnik las exposiciones sobre fotografía histórica nacional en la FotoGalería del Teatro San Martín, de la Ciudad de Buenos Aires.

Desde el año 2006 y hasta 2018 se desempeñó como Asesor histórico-fotográfico de la Fototeca "Benito Panunzi" de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno", de Buenos Aires.

Ha editado diversas colecciones fotográficas como "La Fotografía en la Historia Argentina", "Escenas de la Vida Cotidiana”, "Un Siglo de Fotografía Argentina" y otros títulos sobre esta temática histórica.

En septiembre de 2017 participó como co-autor y expositor invitado de la muestra "La Fotografía en Argentina (1850-2010). Continuidad y Contradicción" organizada por el J. Paul Getty Museum de Malibu, California.


Luis Priamo (Franck, Santa Fe, en 1941) estudió cine documental en el Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral. Es investigador de fotografía antigua argentina desde 1973. Fue coordinador del Programa de conservación de fotografía patrimonial, patrocinado por la Fundación Antorchas, desde 1992 a 1997 y tuvo a su cargo la serie de diez libros sobre el tema publicados por la misma desde 1987 hasta su cierre, en 2006, algunos de cuyos títulos son: 

- Fernando Paillet, fotografías, 1894-1940. 

- Los años del daguerrotipo, 1843-1870. 

- Una frontera lejana. La colonización galesa del Chubut, 1865- 1935. 

- Aborígenes del Gran Chaco, 1958-1964, de Grete Stern. 

También editó, entre otros: 

- Grete Stern. Obra fotográfica en la Argentina, para el Fondo Nacional de las Artes. - Vistas de la Provincia de Santa Fe, 1888-1892, Fotografías de Ernesto H. Schlie, para el diario El Litoral de Santa Fe. 

- Buenos Aires, memoria antigua. Fotografías 1850-1900, para la Fundación Ceppa. 

Realizó investigaciones fotográficas diversas, entre ellas sobre historia de la fotografía en la provincia de Santa Fe y sobre las colecciones fotográficas de las empresas del estado nacional antes de sus privatizaciones. Es académico de número de la Academia Nacional de las Bellas Artes.


Estos débiles papeles son más fuertes que los ladrillos.
Abel Alexander. ArtexArte, Colección Pretéritos Imperfectos. Buenos Aires. 2021.
En 8° (24 x 17,1 cm), 241 pp., 1 h.

UN LIBRO MERECIDO Y NECESARIO 

En estos días ha salido a salido a ocupar su lugar (injustamente vacante desde hace mucho tiempo) en las mejores bibliotecas sobre fotografía antigua argentina, el libro “Estos débiles papeles son más fuertes que los ladrillos”, de Abel Alexander, con el sello de Ediciones ArtexArte, de la Fundación Alfonso y Luz Castillo, en su colección Pretéritos Imperfectos, con prólogo de la profesora Laura Malosetti Costa. 

El volumen, de 244 páginas, es de una calidad gráfica extraordinaria y está organizado en cuatro secciones dedicadas a la historia de nuestra fotografía, principalmente del siglo XIX. La primera de ellas se titula Firmas, y se ocupa de trece autores, algunos muy relevantes y notorios, como Alejandro Witcomb, Christiano Junior o Samuel Rimathé, y otros prácticamente desconocidos o muy relegados por nuestra historiografia, como Herbert Kirchhoff o Lucien Canton, rescatados por el autor. La segunda parte, Geografías, traza la historia de la actividad fotográfica en seis localidades de la provincia de Buenos Aires: Balcarce, Benito Juárez, General Lavalle, Mar del Plata, Saladillo y San Antonio de Areco. El tercer capítulo, Comunidades, está dedicado a la fotografía de cuatro grupos humanos de naturaleza diversa: Afroargentinos, Gauchos, Italianos y Masones. Por último, un Apéndice que funge como un cuarto capítulo, trata sobre dos temas dispares: fotografía estereoscópica y daguerrotipos eróticos. Debemos destacar que la Introducción que nos ofrece Abel en la apertura de su libro describe con admirable concisión la historia del nacimiento de la fotografía y su desarrollo tecnológico decimonónico, paralelamente a su introducción y rápido afincamiento en nuestro país. 

La variedad de los asuntos que recorre el libro es una buena muestra del vasto conocimiento del autor sobre la fotografía del pasado en la Argentina, y la información detallada que nos trasmite cada uno de sus ensayos, escritos con estilo fluido y atrayente, buena evidencia de su rigor histórico profesional. 

Conozco, aprecio y admiro al colega Abel Alexander desde hace muchos años, y doy fe de que los trabajos que podemos disfrutar y valorar en esta antología son apenas una muestra –breve pero muy bien seleccionada, por lo demás– de una obra tan extensa y persistente como el entusiasmo que animó a nuestro amigo desde los inicios de su interés por la fotografía antigua de nuestro territorio. Dicha obra, además, no es exclusivamente autoral, sino en sociedad con otros investigadores y editores, lo que muestra el espíritu colaborativo y generoso de nuestro autor –del que fui afortunado beneficiario en más de una ocasión–, donde las exigencias de un ego perentorio brillan por su ausencia. 

Esa generosidad, por otra parte, no sólo abreva en una naturaleza personal innata, sino en una conciencia cultural elaborada y robusta, que comprende en la ampliación del interés activo por la historia de la fotografía, la llave maestra para impulsar la creatividad de cada uno de los actuales y futuros investigadores. Esto explica asimismo que Abel siga ocupándose de impulsar incansablemente la organización de los Congresos de Historia de la Fotografía desde hace treinta años –ahora sin la compañía de sus dos compinches iniciales, los queridos y recordados amigos Miguel Ángel Cuarterolo y Juan Gómez–, cuyas Memorias constituyen una suerte de enciclopedia de consulta imprescindible para los estudiosos y cronistas del pasado fotográfico nacional y asimismo, iberoamericano, desde que los Congresos ampliaron su geografía de estudio. 

La actividad de Abel como promotor de la historia fotográfica nacional tuvo otras consecuencias originales y únicas: la organización de asociaciones de especialistas y coleccionistas de cámaras fotográficas y antiguos procesos fotográficos, de constitución informal y voluntaria, pero de extraordinario provecho a la hora de los intercambios de información que alimentan y enriquecen los saberes colectivos. Debo agregar que en toda esta dedicación de nuestro amigo no medió nunca interés alguno por lo que habría sido una merecida –aunque evidentemente utópica– retribución material. Abel, y todos los veteranos como él, generalmente nos hemos desvivido por “amor al arte”, por auténtico entusiasmo hacia la cosa misma y por la evidente ausencia de interés institucional –incluso en el ámbito académico, hasta no hace muchos años–, en el tema histórico fotográfico. 

Por todo lo dicho hacemos votos para que “Estos débiles papeles son más fuertes que los ladrillos” resulte, en el más breve tiempo posible, la publicación inicial del conjunto de ensayos de nuestro querido amigo Abel Alexander, los que en su mayoría aún permanecen inéditos o dispersos en publicaciones que, si bien los hicieron conocer en su momento, hoy ofician de cancerberos que invisibilizan lo que sería un invalorable aporte al estudio de la historia de nuestra fotografía.

Por Luis Priamo
Imágenes: Gentileza Talleres Trama. Para su compra

OTRAS LECTURAS SUGERIDAS POR DON HILARIO

Cuchillos argentinos. Plateros y marcas
Guido Chester – Jorge Celestino.
Fripp Editor. Buenos Aires. 2021.
En 4° (29,6 x 21,1 cm), 288 pp. Obra muy ilustrada.

Para su compra

Los autores ascienden un nuevo peldaño en el abordaje de un tema tan atractivo para el coleccionismo rioplatense. Su tercer título sobre esta materia es el fruto de nuevas investigaciones -propias y en colaboración- y del aporte de otros especialistas invitados. Además, han logrado hacer de sus páginas un valioso escenario para la exhibición de un grupo de plateros reconocidos por sus trabajos en la cuchillería criolla.

El registro de cuños -con sus imágenes- evoluciona con nuevos hallazgos y se enriquece con una información que es muy apreciada por coleccionistas y demás estudiosos. En este aspecto, algunas marcas ganan en protagonismo al merecer capítulos exclusivos, como es el caso de Herder, Kirschbaum y Weyersberg, y La Movediza.

Además, Chester y Celestino, amplían horizontes a través de breves ensayos sobre las viejas armerías de Buenos Aires y los sables utilizados en Argentina a lo largo del siglo XIX.

Sarandí 250. Cuchillería y platería en el Uruguay de los siglos XIX y XX.
Robert Retamar.
Uruguay 2020.
En 4° (29,7 x 20,7 cm), 256 pp., 2 h. Obra muy ilustrada.

Primer libro de este entusiasta estudioso; una interesante contribución al conocimiento de la orfebrería uruguaya y en particular, de su manifestación en el cuchillo criollo. Retamar logra reunir una valiosa información que, por razones históricas obvias, se vincula a la Argentina, con firmas comerciales que operaban en ambas orillas del Plata. Esta contribución ya hace de este título una fuente de consulta ineludible para coleccionistas, investigadores y curadores de museos.

Sin embargo, en sus primeras páginas encontramos a modo de índice un recorrido por todo el contenido del libro y lamentablemente, las distintas marcas no están ordenadas de modo alfabético, lo que obliga a recorrer toda la lista en cada búsqueda. Un detalle que, sin duda, será salvado en nuevas ediciones. La personalidad del autor -pesquisidor incansable- permite pronosticar una edición ampliada, y será bienvenida.

Botones Gauchescos del Río de la Plata.
Guillermo José Silva.
Edición del autor. Buenos Aires. 2021.
En 4° (28 x 21,2 cm), 184 pp. Obra muy ilustrada.

Coleccionista de fuste, G. J. Silva incursiona en un tema poco abordado, y lo hace luego de una meticulosa investigación que lo acercó a la escasa bibliografía disponible para avanzar desde ese nivel. Su obra desarrolla un recorrido histórico -desde la época virreinal- y geográfico -por América del Sur-, incluyendo otros capítulos específicos referidos a estas piezas con identidad masónica y hasta una guía de precios de mercado -en dólares, de gran interés para todo colector- para concluir con las técnicas aplicadas en la fabricación de este singular accesorio en la vestimenta del gaucho. 

Se trata de una importante contribución al conocimiento de un aspecto poco estudiado en las costumbres del gaucho rioplatense.


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