Ticio Escobar acredita un reconocimiento que trasciende las fronteras de la región y su mirada experta es un guía que alumbra caminos en la geografía del arte latinoamericano. La autoría de este prestigioso curador, investigador, crítico de arte y gestor cultural, le otorga al texto una relevancia especial. 

En esta ocasión centra su juicio en la obra de Carlos Colombino (1937 - 2013), “quien -sostiene Escobar- animó el proceso entero del arte moderno en el Paraguay, del cual puede ser considerado uno de sus más significativos representantes. El artista irrumpe en la escena de las artes plásticas en un momento decisivo de su desarrollo. Poco tiempo atrás, en 1954, se había constituido en Asunción el Grupo Arte Nuevo, movimiento de ruptura con el naturalismo de ascendencia académica que dominaba hasta entonces aquella escena. El programa de la modernidad artística comenzaba tardíamente en el Paraguay, pero lo hacía identificando con claridad la cuestión central que impulsaría todo su proceso: el conflicto entre la autonomía propia de la forma, por un lado, y las urgencias desordenadas de los contenidos expresivos, por otro.”

Un edificio construido ad hoc contiene decenas de miles de libros y periódicos que forman una de las bibliotecas privadas más importantes del país. La historia se inició a mediados del año 1968, siendo sus protagonistas dos estudiantes universitarios, Lucía Solís Tolosa y Gregorio Caro Figueroa. Desde entonces muchos episodios han sucedido, miles de personas la han consultado y es un punto de referencia para investigadores locales y de otras latitudes.

Invitamos a Gregorio a que nos describiera esa pasión y sus frutos, y nos envió un artículo que emociona. A su entender, “fue un recurso, no deliberado, para contrarrestar la desmemoria y el desarraigo físico.  Fue una elección para echar esas fuertes y perdurables raíces con el papel del que se nutren los libros y la memoria que ellos atesoran.”

“A principios de octubre de 2022 un incendio en la Isla de Pascua volvió a amenazar las grandes esculturas en piedra llamadas moai. Un fogón descontrolado. Un intento de acabar con las malezas para darle pista al ganado, una técnica que, en realidad, termina por derretir la confianza en la solidez de las rocas. Una chispa que, además, me encuentra en Australia -un territorio muy sensible al poder del fuego-, despertando recuerdos de brasas y piedras refugiadas en la infancia.”

Los textos de la doctora Podgorny cruzan verdades científicas y episodios familiares y/o personales en diálogos que cautivan. Como si se tratara de una prestidigitadora, recurre a las anécdotas para deleitarnos con una verdad compleja y hasta propia de las ciencias duras. Esta vez, en un viaje que une el Gran Buenos Aires con la Isla de Pascua y Australia. 

Siempre atento a las historias de los afroargentinos, el autor nos introduce en un proyecto de investigación que se interna en las raíces coloniales de una familia de apellido Platero y lo hace desde la contribución científica de las llamadas “microhistorias”, sostiene desde su perspectiva: “indagando el pasado a partir de intersticios usualmente desestimados por triviales o asociados a la baja cultura para echar nueva luz sobre grupos o prácticas silenciadas, lo no dicho y lo paraverbal, pues pueden llegar a manifestar significados implícitos.”

Para cumplir su labor, Cirio es titular de la Cátedra Libre de Estudios Afroargentinos y Afroamericanos de la Universidad Nacional de La Plata, invita a formar parte del equipo a estudiantes y graduados de ciencias sociales, antropología, historia de la fotografía, diseño de ropa, dramaturgia, genealogía, epistolario, arte africano, masonería y literatura.