Hay momentos bisagras en la vida de cada ser humano, los que indican un antes y un después; así le sucedió a Juan Antonio Fernández Rivero -un economista malagueño nacido en 1956 - cuando llegó a sus manos el libro “La historia de la fotografía en España desde sus orígenes hasta 1900”, la obra del norteamericano Lee Fontanella editada en 1981. Por entonces, JAFR había iniciado una colección de antiguas tarjetas postales de su terruño y aquellas páginas e imágenes despertaron su interés por ampliar horizontes hacia la fotografía, primero la local y ya iniciado ese camino, lo inevitable, la española en general y la internacional.
Aquellos primeros pasos los llevaron a Juan Antonio y a su esposa, María Teresa García Ballesteros, bibliotecaria de profesión, al momento actual, con más de 75.000 obras reunidas, desde daguerrotipos en adelante -la pieza más antigua data de 1842-, con todas las técnicas y soportes utilizados a lo largo del tiempo por esta disciplina y arte.
«Hoy -nos cuenta su artífice- pretendemos que la Colección abarque todo el amplio espectro de las manifestaciones fotográficas en sus primeros años y poder contribuir a la construcción de la historia de la fotografía en España, quiere ser también didáctica y ser un instrumento útil para el aprendizaje de la historia de la fotografía, y por último queremos cumplir una misión museística, en el doble sentido de conservación y difusión del patrimonio fotográfico».
«En la Colección hay secciones destacadas -detallan María Teresa y Juan Antonio al unísono-, como las dedicadas a Málaga, o a la fotografía estereoscópica, pero en general su composición trata de reflejar lo que fue el fenómeno fotográfico desde su aparición. Cuidamos por ejemplo la adquisición de álbumes de época completos, antes de que hayan sido despiezados para su venta, tanto álbumes familiares, de la época de las cartes de visite, como los álbumes de viajes. Hay también una sección de libros con fotografías originales pegadas, un formato que tuvo su momento antes de que se generalizaran los métodos fotomecánicos de reproducción de fotografías. La sección de daguerrotipos es una de las más completas de España, con más de 130 ejemplares. También se incluye en la colección un importante número de tarjetas postales de principios del siglo XX y un determinado número de objetos relacionados con la historia fotográfica, como cámaras y complementos, álbumes, visores estereoscópicos, marcos de época, así como una nutrida biblioteca especializada».
La iniciativa trasciende el gesto de acopiar y transita una concepción museográfica que requiere ordenar, clasificar, estudiar las imágenes, los autores, las técnicas, los materiales y, además, preservar ese tesoro que obvio decirlo, ya tiene vuelo propio. Entre otras realizaciones vinculadas al tema, destacan los libros escritos por Fernández Rivero: “Desde Málaga... Recuerdos”, que es una historia de la tarjeta postal en Málaga, e “Historia de la fotografía en Málaga durante el siglo XIX”, ambos editados en 1994; “Tres dimensiones en la historia de la fotografía. La imagen estereoscópica”, de 2004, y publicado en 2017, “Descubriendo a Luis Masson”, uno de los más destacados fotógrafos españoles del siglo XIX. La personalidad del investigador, lo reconoce, es la que avivó su labor de coleccionista, iniciada «por pura necesidad y debido a la escasez que por entonces había de colecciones disponibles para la investigación. Sin la labor previa de coleccionar, no podríamos haber elaborado estas publicaciones».
Luis Masson, Sevilla, Alcázar, Patio de las Doncellas, hacia 1860. Fotografía: Gentileza Colección Fernández Rivero.
En el campo de la investigación, su amplio reservorio les permitió constatar la presencia del malagueño Enrique Facio cubriendo la llamada Guerra de África en 1859, el primer cronista de guerra de origen español. El conflicto movilizó el espíritu patriótico de España y los medios periodísticos se ocuparon de testimoniar los sucesos bélicos desde los propios escenarios. Así lo hicieron los editores Gaspar y Roig, responsables del semanario ilustrado El Museo Universal, quienes contratan al literato Pedro Antonio de Alarcón, un escritor de genio que se desplaza hacia los campos de batalla y además de redactar sus textos -los que incluso publicó en un periódico editado por él mismo en Tetuán-, también contrató a un fotógrafo para que enriqueciera sus entregas.
«El fotógrafo elegido por Alarcón -explica Juan Antonio Fernández Rivero [1]- resultó ser Enrique Facio Fialo (1833-1897), joven de 24 años, nacido en Málaga, aunque de origen italiano. Su familia se dedicaba al comercio y él era aficionado a la pintura y la fotografía, pero sin llegar a ser profesional, es decir, que no tenía un establecimiento fijo. Reunía, por tanto, todas las cualidades para aventurarse en una empresa como la que le ofreció Alarcón. El reclutamiento de Facio debió producirse en los primeros días de diciembre, pues ya hemos mencionado que en el anuncio de La Iberia de Gaspar y Roig de fecha 28 de noviembre aún no aparece nada sobre el fotógrafo y teniendo en cuenta que el telégrafo ya funcionaba en España, al menos entre las capitales de provincia, y que en anuncio del 7 de diciembre ya aparece el anuncio del fotógrafo, fácilmente se deduce que Alarcón debió ultimar su acuerdo con Facio pocos días antes. Alarcón nunca mencionará a Facio por su nombre, y aún son pocas las referencias al fotógrafo que hace en sus escritos de la época, y cuando lo hace suele ser de forma discreta cuando no directamente peyorativa. Es evidente que Facio no era el Fenton español, lo que unido al escaso desarrollo de la fotografía en España, así como su limitada consideración artística y social, al menos en comparación con Francia e Inglaterra, propiciaba que el estatus de fotógrafo no sobrepasara mucho al del personal de servicio. No obstante, lo que sí sorprende es que en 1880, cuando Alarcón prologa la nueva edición de su Diario [...], momento en que ya la fotografía ocupa un lugar muy diferente en la sociedad española, el escritor se ufana de haber sido él quien introdujo la fotografía en Marruecos, pero continúa sin dar el nombre de Facio» [2].
Las investigaciones, lo expresamos, se plasmaron en el campo editorial y también, en un blog creado en octubre de 2012 (http://cfrivero.blog), hoy con más de doscientas entradas referidas a obras de la colección, a temas especiales -por ejemplo, Vistas estereoscópicas españolas de Frank M. Good (incluye el catálogo con todas sus imágenes) y Un paseo por la Mallorca del XIX en las fotografías de la CFRivero- y a las exposiciones donde la colección ha estado presente. «Hasta ahora hemos tenidos medio millón de visitas», nos informan con orgullo, advirtiendo que es el canal de comunicación de mayor alcance.
Entre las exposiciones organizadas desde la propia Colección, destacan:
– Museo de Bellas Artes de Sevilla con el título Descubriendo a Luis Masson, fotógrafo en la España del XIX, de Junio a Septiembre de 2021, una exposición que se presentó inicialmente en el Centro Andaluz de la Fotografía de Almería (Enero-Marzo 2018) y en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, en el marco de FotoEspaña, (Junio-Agosto 2018).
– Fotografía y Espacio, hacia la visión en 3D, dedicada al fenómeno estereoscópico, que se presentó en Ronda, Cádiz y Almería entre 2010 y 2011.
– Málaga desde la Farola 1852-1900, en el Ámbito cultural Corte Inglés.
– Vida cotidiana en Málaga durante la Belle Epoque en 2015 en el Museo de la Ciudad
– Construcción de la Calle Larios en la Sociedad Económica de Amigos del País en 2016.
– En 2015 en la Bienal de Fotografía de Córdoba: Magia y realidad, la fotografía del XIX en la Colección Fernández Rivero.
– En el centro cultural “La Térmica” (Málaga) en 2018: Málaga desde sus atalayas, 1854-1925.
Nos cuentan, además, que han facilitado obras para múltiples exposiciones realizadas en distintas instituciones, como el Museo Picasso de Málaga y también de esta ciudad, el Carmen Thyssen; a la gran exposición que sobre Jean Laurent se presentó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, y a la dedicada a Jules Ainaud que actualmente se exhibe en la Fundación Mapfre en Barcelona.
Córdoba, Argentina, Claustro de Santo Domingo, con monjes y jardineros. Autor desconocido. Albúmina, 1880/90. Fotografía: Gentileza Colección Fernández Rivero.
Tan extenso repertorio, se imaginarán incluye fotografías de distintos puntos del mundo y por supuesto, entre ellas -aunque para Fernández Rivero sólo de modo testimonial-, conservan un pequeño conjunto de imágenes de Argentina y Uruguay, entre otros países latinoamericanos.
H.- ¿Qué destino imaginan para la colección?
JAFR- Nuestro deseo sería llegar a algún tipo de acuerdo con una gran institución, pública o privada, que quisiera albergar y gestionar una de las mejores colecciones sobre fotografía histórica que existe en España. Una colección formada a lo largo de 40 años, pieza a pieza, escogiendo siempre lo que mejor se adaptaba al espíritu y fines de la Colección, una colección que gracias a nuestra labor investigadora y los conocimientos adquiridos a lo largo de tantos años se ve complementada por un gran nivel de información añadida.
Y Juan Antonio Fernández Rivero cierra su opinión reconociendo que, «aún con las limitaciones de una colección privada, consideramos que las colecciones fotográficas no deben estar ocultas y por ello tratamos de darla a conocer».
Notas:
1. En su colección posee 10 imágenes vintage de este autor.
2. J. A. Fernández Rivero, La fotografía militar en la Guerra de África: Enrique Facio, en Ceuta y la Guerra de África de 1859 – 1860, XII Jornadas de Historia de Ceuta, 2011, pp. 459-492.