Vista de la Ciudad de Buenos-Ayres. 1795-1797 / Siglo XIX.

Aguafuerte sobre papel. Medidas (de la huella de impresión): 33,5 x 46,8 cm. Obra en buen estado, con sus amplios márgenes, enmarcada.

Grabado en cobre que realizó Fernando Brambila (Guerra, Italia, 1763 – Madrid, 1834) a fines del siglo XVIII a partir de uno de los dos dibujos (1) que él levantó en su visita a Buenos Aires al formar parte de la expedición Malaspina. Cuando residía en Milán fue contratado para participar en calidad de dibujante especializado en vistas de ciudades y paisajes en la expedición de las corbetas Descubierta y Atrevida, al mando de otro italiano, Alessandro Malaspina. Su actividad se desarrolla entre finales de 1791 y 1806, cuando se resolvió dar por concluidos los trabajos vinculados a la expedición finalizada en 1795. En el monumental estudio realizado sobre los pintores de esta expedición se indica que la versión preservada en el museo madrileño es la que se trasladó buril mediante a la plancha de cobre, con el agregado de un imponente ombú en el margen derecho de la vista (2).

Se trata sin duda de una de las primeras estampas iconográficas de la ciudad de Buenos Aires, extremadamente rara.

Para el coleccionista y estudioso argentino Alejo B. González Garaño, el grabado fue impreso por el Departamento Hidrográfico de Madrid entre los años 1795 y 1798. Para algunos estudiosos, de aquella tirada se conservaron menos de diez ejemplares; catalogado uno de ellos en el libro de la Colección de Guillermo H. Moores (“Estampas y Vistas de la Ciudad de Buenos Aires”, lámina 10, pp. 22). Lo cierto es que bien entrado el siglo XIX y utilizando la plancha original, el propio Departamento Hidrográfico madrileño la estampó nuevamente en una versión desde hace años casi tan esquiva como la primera.

Siendo las láminas de ambas épocas siempre muy escasas, la vista en sí se difundió con mucho más estímulo por la tarea de otro autor; el sabio Félix de Azara (3), pero con la particularidad de que en dicho grabado se invirtió la imagen original, quedando con la perspectiva cambiada, como si la vista hubiera sido tomada desde el Norte en lugar del Sur, en un yerro que se multiplicó en un importante número de versiones posteriores, pues la imagen de Azara fue replicada por numerosos viajeros en sus crónicas impresas, convirtiéndose en una vista icónica de la ciudad. Marta Penhos ha analizado con precisión los modelos utilizados por Brambila para componer estas vistas de Buenos Aires, que no necesariamente han sido tomados del natural, ya que no hay evidencia de su paso a esta ciudad durante su estancia en Montevideo, y remarca que existen otras vistas de ciudades realizadas desde fuentes visuales (4).  

Por distintas razones, los estudios de aquel viaje -de enorme importancia- quedaron inéditos en España y recién en 1885 fueron publicados parcialmente. Digamos que apenas unas pocas imágenes fueron estampadas en su época, entre ellas la Vista de Buenos Aires.

Notas: 

1. Buenos Aires desde el camino de las carretas. Uno de ellos, de formato mayor, formaba parte de la colección de Bonifacio del Carril y el restante, del Museo Naval de Madrid. 

2. Sotos Serrano, Carmen. Los pintores de la expedición de Alejandro Malaspina, Madrid, Real Academia de la Historia, 1982, tomo I, p. 109.

3. Azara la incluyó en su álbum “Voyages dans L' Amérique Méridionale” editado en París, en 1809.

4. Marta Penhos, Ver, conocer, dominar. Imágenes de Sudamérica a fines del siglo XVIII. Buenos Aires, Siglo XXI, 2005, pp. 323-326.