Mujeres del siglo XIX. Buenos Aires. Circa 1858.

Daguerrotipo de un cuarto (1/4) de placa. Medidas: 10,2 x 7,6 cm. La delicada obra decimonónica se encuentra protegida por un delgado mat de bronce dorado con figuras geométricas, luego un vidrio de resguardo y finalmente la bandeleta de cobre flexible que la asegura. Todo el conjunto se ubica en un estuche de madera forrado en cuero tafilete marrón y con guardas internas de oro; un terciopelo gofrado beige y adornado con bellas figuras florales viste el interior de la tapa.

Aunque sabemos que, hacia la época, cuando se acudía a un Estudio para retratarse, siempre existía un motivo importante o determinante en la vida de esas personas, no podemos identificar qué razón llevó a estas damas a instalarse frente a la cámara. Sólo intuimos que fue la decisión de aquella hija frente a la avanzada edad de su madre. 

Ambas posan sentadas e inmovilizadas por los ganchos de nuca; el fondo escogido es liso, claro y neutro para resaltar sus figuras. La iluminación natural proviene desde la izquierda y modela sus rostros. La joven de abanico luce amplio vestido oscuro, blusa blanca con bordado tejido en cuello y puños y destaca la cantidad de sus joyas -pulseras, aros, anillos y cadena con medallón-, todas coloreadas con pigmentos en oro por un hábil miniaturista. La anciana madre, una costumbre social hacia la época, viste de manera sobria y cubre su cabeza con un mantón oscuro. 

Nuestros estudios sobre esta temprana iconografía de positivos únicos realizados en el país, han demostrado que mujeres y niños fueron retratados en menor proporción que los hombres, por lo cual, esta tierna escena familiar se erige en un raro ejemplo de las valiosas obras únicas del siglo XIX. 

Abel Alexander

Presidente de la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía.