Texto: Juan Alberto Migliore. En 4º (28,5 x 21,3 cm), 198 páginas. Encuadernación de editor. Asunción, Fondec, 2023.
Quienes militamos en la apasionante disciplina de la historia de la fotografía, aplaudimos con gran entusiasmo la aparición del libro fundacional: "Fábrica de Dibujos - El nacimiento de la fotografía en Paraguay" del investigador y coleccionista Juan Alberto Migliore.
Esta novedosa obra -editada recientemente en la capital de la nación hermana- nos traslada a un tema poco conocido aún, que bautizamos "historia de la historia en la fotografía mundial". Como es bien conocido fueron Francia e Inglaterra las naciones que presentaron hacia los años 1839/40 los inventos simultáneos del Daguerrotipo y Calotipo respectivamente, para asombro del mundo entero. A su vez, los Estados Unidos de América abrazó de inmediato aquel genial invento y lo desarrolló a gran nivel técnico y artístico.
Con estos antecedentes no debe sorprendernos que, al iniciarse la recuperación histórica de esta ciencia y arte a través de diversas libros y publicaciones, estos abordaron en principio la saga de los precursores europeos y estadounidenses, mientras que, en el resto del continente americano e incluso en Asia, África y Oceanía, aquel proceso de estudio fue significativamente más lento.
En Latinoamérica en particular, el abordaje sobre tan rico legado visual se inició alrededor del centenario del daguerrotipo conformando las primeras historiografías nacionales. Entre otras obras nacidas en ese movimiento citamos como libros precursores, "El centenario de la fotografía en Chile" (1940), del historiador Eugenio Pereira Salas y en la misma década, en Argentina, los primeros ensayos sobre la etapa del daguerrotipo protagonizados por el doctor Julio Felipe Riobó. En esta línea de investigación, en Brasil el carioca Gilberto Ferrez irrumpió con su obra pionera "A Fotografía no Brasil", publicada en 1946, y en México se presentó el libro póstumo de Enrique Fernández Ledesma, "La gracia de los retratos antiguos" (1950).
En cuanto a la historia de la fotografía paraguaya resulta interesante señalar que se inicia -obviamente en forma muy parcial- con el aporte de investigadores de países vecinos, como los argentinos Vicente Gesualdo (Historia de la Fotografía en América, 1990), y Miguel Ángel Cuarterolo (Soldados de la Memoria, 2000), en tanto que Boris Kossoy contribuía con esta corriente a través de su conocido Diccionario Histórico-Fotográfico Brasileiro, editado en el 2002.
A nivel personal y ante la ausencia de una obra integral sobre el tema, en enero de 1991 arribé a Asunción con el propósito de realizar una historia fotográfica del Paraguay. Después de una breve e intensa búsqueda de campo en la capital guaraní, proseguí con la investigación a lo largo de una década desde Buenos Aires, reuniendo más de un centenar de biografías de profesionales de la cámara que actuaron en aquella nación hermana, hasta que desistí del proyecto. Sin embargo, esta labor fue retomada en los últimos diez años a través de los estudios sobre la fotografía paraguaya preparados para la firma porteña "Hilario. Arte, Letras & Oficios"
Ahora el sueño finalmente se ha cumplido y de una manera integral, pues el magnífico libro "Fábrica de Dibujos - El nacimiento de la fotografía en Paraguay" (2023) ha visto la luz y rescata para siempre tan apasionante saga. En principio, no podemos dejar de mencionar que se trata de un libro-objeto muy bello, en cuyas tapas, lomo y solapas se reproduce una fotografía -tipo panorama- sobre una manifestación en Asunción, donde se aprecia el frente de un estudio fotográfico debido a la cámara del célebre español Manuel San Martín.
En sus 198 páginas -en las medidas de 28,5 x 21,5 cm- impresas en papel ilustración a buen gramaje y en tono blanco, se despliegan nada menos que 197 fotografías de los siglos XIX y XX amén de importantes avisos de prensa, dorsos de obras, grabados varios, tarjetas postales y hasta álbumes de época. La calidad de las reproducciones -algunas a página entera y hasta a doble página- y en todas las gamas del sepia, resultan un atractivo notable. Además, el tipo y tamaño de letras facilita su lectura. La encuadernación se garantiza pues se encuentra cosida a hilo. Señalamos el diseño editorial de Celeste Prieto, el cual revela su maestría. Fundamental para la edición ha sido el apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (FONDEC) de la nación hermana.
Queremos resaltar que los libros fotográficos publicados por coleccionistas del tema tienen una impronta que los hace únicos en su tipo; la pasión por aquellas amarronadas imágenes del ayer, se trasunta en sus textos y en la selección cuidadosa de las fotografías más emblemáticas. Con Juan Alberto Migliore se cumple cabalmente con estos requisitos y los colegas agradecidos lo advierten en sus páginas, cuyos textos nacen en la minuciosa investigación hemerográfica a través de los anuncios publicitarios de aquellos artistas de la cámara, y se sustentan en la consulta a los archivos fotográficos públicos y privados.
La obra comienza con un antiguo texto periodístico titulado "La fotografía", acertada reflexión que se publicó en el diario "El Pueblo" del 10 de noviembre de 1870 -año de la culminación del terrible conflicto bélico- y que no podemos dejar de citar por su estremecedora belleza: "Así el amor, el cariño, la veneración y el respeto pueden mostrar fácilmente en las joyas más preciosas, las diminutas fotografías de aquellos a quienes aman, quieren, veneran y respetan, como si el alma necesitara la presencia de aquella imagen muerta, para mantener vivo el recuerdo en la memoria."
Luego de una emotiva introducción del autor, las páginas avanzan con un primer capítulo titulado: "Una imagen vale más que mil palabras", donde se abordan los inicios sorprendentes de la fotografía en Europa y su arribó el mismo año de 1839 al sur de nuestra América mediante la figura del sacerdote Louis Compte y su pionera cámara de daguerrotipo; una historia veraz que Migliore conjuga con el realismo mágico latinoamericano a través de la novela "Cien años de soledad" del colombiano Gabriel García Márquez y las andanzas del singular daguerrotipista Melquíades.
Son destacables las biografías de los protagonistas en el devenir fotográfico paraguayo, como el español Manuel San Martín -figura gigante que comparamos con la de Alejandro Witcomb de Buenos Aires-, Louis de Boccard y Guido Boggiani y, por supuesto, la cobertura fotográfica sobre la Guerra de la Triple Alianza, impecable, con el protagonismo de la firma Bate en primer lugar. La revolucionaria tarjeta postal tiene un sitio de privilegio en este volumen -el ingeniero Migliore cuenta con una importante colección de postales antiguas- por su implicancia en la divulgación popular de estas cartas mínimas acompañadas por las imágenes nacionales. Son destacables las prolijas menciones históricas -libros, diarios, revistas, documentos, etc.- sobre cada capítulo, reunidas en la sección "Referencias".
A modo de cierre, el título "Un mundo sin fotografías" nos brinda una singular reflexión: "Estas imágenes como documentos van mucho más allá de nuestros recuerdos. Nos permiten trasladarnos a un mundo en el que ninguna persona que hoy esté viva haya estado allí presente. Un mundo que se quedó sin testigos. Solo ha sobrevivido la fotografía. Ella nunca muere"
En síntesis, un libro para atesorar y de consulta imprescindible para los investigadores latinoamericanos.
Abel Alexander
Presidente. Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía
* Especial para Hilario. Artes Letras Oficios